La Semana sin pesticidas es una campaña anual e internacional y se celebra durante los diez primeros días de la primavera. La primavera no sólo comienza con los primeros rayos del sol, flores bonitas y con los pájaros cantando, sino también con la fumigación de pesticidas en los campos. Por ello te invitamos a informarte sobre los efectos que los pesticidas tienen sobre la salud y el medio ambiente, así como a aprender más sobre los métodos alternativos que existen, participando en uno de los cientos de eventos que tienen lugar en todo el mundo.
España es el país europeo con mayor consumo de pesticidas
La OMS estima que cerca de un quinto de los 12 millones de casos de cáncer que se diagnostican cada año en el mundo se pueden atribuir a exposiciones ambientales y ocupacionales
La OMS estima que cerca de un quinto de los 12 millones de casos de cáncer que se diagnostican cada año en el mundo se pueden atribuir a exposiciones ambientales y ocupacionales. Estos y otros datos de la OMS vienen a confirmar un hecho largamente sospechado: muchas de las enfermedades no contagiosas se derivan de la exposición química ambiental en su concepto más amplio: alimentación, hábitos de vida y medio ambiente.
Dos estudios de Ecologistas en Acción revelan la elevada presencia de pesticidas en nuestra comida y ríos. En 2017, el 39,15 % de las frutas y hortalizas a la venta en España tenían residuos de algún plaguicida. 35 de estos plaguicidas eran sustancias con capacidad de alterar el sistema hormonal. También en los ríos hay una amplia presencia de plaguicidas. En 2016, se detectaron 46 plaguicidas en los ríos españoles, 26 de ellos eran disruptores endocrinos.
Estos tóxicos están relacionados con daños para la salud como problemas reproductivos, cáncer de mama, próstata y tiroides, enfermedades neurológicas y enfermedades metabólicas, como obesidad y diabetes. La normativa actual, que permite una cantidad supuestamente segura de residuos de pesticidas en los alimentos, no protege frente a los pesticidas ya que cualquier pequeña exposición supone un riesgo.
El uso de pesticidas es un atentado a los derechos humanos
Un informe de la Relatora Especial de la Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación concluye que el uso de pesticidas se ha promovido de manera agresiva y puede tener consecuencias para el disfrute de los derechos humanos, en particular el derecho a la salud, a la alimentación y al disfrute del medio ambiente.
Una agricultura libre de productos tóxicos, o con un uso mínimo de ellos, sin contaminar y sin agotar los recursos medioambientales es posible. Para ello es necesario la eliminación de los pesticidas peligrosos y el desarrollo de normativas, políticas y planes que posibiliten la transición hacia prácticas agrícolas sostenibles que permitan el ejercicio de los derechos humanos y eviten la pérdida de la biodiversidad.
La extinción de los insectos
La preocupación por los pesticidas comenzó en los años 70, cuando la bióloga y escritora Rachel Carson alertó sobre los peligros del DDT en su libro Primavera silenciosa. Su obra fue fundamental para concienciar al mundo sobre los riesgos de los plaguicidas y marcó el inicio de la regulación de muchos de ellos.
Los plaguicidas: una amenaza para la biodiversidad
- Un 83 % de los suelos agrícolas de Europa están contaminados con uno o más plaguicidas químicos. El número de insectos voladores ha disminuido un 76 % en los últimos 27 años en Alemania. Esto representa una pérdida anual del 2,8 % de la biomasa de insectos.
- La mitad de las especies de insectos están disminuyendo rápidamente y al menos un tercio se encuentran en peligro de extinción. La repercusión de esta pérdida para el medio ambiente es catastrófica, dado que los insectos resultan imprescindibles para el funcionamiento de los ecosistemas y la producción de nuestros alimentos, al ser los responsables de gran parte de la polinización de los cultivos.
- Las razones del declive de los insectos son varias, pero las dos primeras son el cambio del uso del suelo por los monocultivos industriales y el elevado empleo de plaguicidas que se dispersan por el medio ambiente.
Hay alternativas y son sencillas
El uso de pesticidas en agricultura ha sido creciente desde la Revolución Verde, contaminando aguas, suelos y alimentos, y derivando en importantes problemas ecológicos y sanitarios. Muchos de los plaguicidas utilizados son retirados tras comprobarse su elevada toxicidad después de años de utilización.
La agroecología plantea formas viables y eficaces de manejo agrario basados a la vez en modernos conocimientos científicos y tecnológicos y en conocimientos agronómicos tradicionales campesinos. En las producciones agroganaderas, el manejo ecológico de plagas es clave para frenar el uso masivo de pesticidas y, con ello, los graves impactos para la salud y el medio ambiente que están provocando. Dichas formas no se aplican de manera generalizada por intereses económicos de la agroindustria, cuyos lobbies presionan a las instituciones para perpetuar una agricultura intensiva muy dependiente de insumos externos de síntesis química y con alto coste energético para su obtención (plaguicidas, fertilizantes, semillas).
Cada vez se extienden y demandan más, alternativas de producción ecológicamente sostenibles y socialmente justas de manejo de los recursos naturales de manera que la superficie dedicada al cultivo ecológico no ha dejado de crecer en nuestro país en los últimos años.