Los gases de efecto invernadero generados por la producción alimentaria global que todavía permanecen en la atmósfera harían muy difícil la consecución del objetivo del Acuerdo de París de limitar los incrementos de temperaturas a 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, pese a una inmediata reducción del uso de combustibles fósiles en el sistema alimentario mundial, según un nuevo estudio publicado en la revista Science.
Si bien gran parte de los esfuerzos para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero se ha centrado en la reducción de las emisiones debidas al uso de combustibles fósiles en la producción de electricidad, el transporte y la industria, estos hallazgos ponen de manifiesto la contribución fundamental de las emisiones relacionadas con la producción de alimentos, señalan los autores.
Un 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero
El sistema alimentario global supone casi un tercio (cerca del 30%) de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Entre las principales fuentes de emisiones se encuentran la deforestación y el desbroce de terrenos para la explotación agrícola y ganadera, la producción y el empleo de fertilizantes, y el uso de combustibles fósiles en la producción alimentaria y las cadenas de suministros.
En total, la producción alimentaria mundial liberó un promedio anual de 16.000 millones de toneladas de equivalentes de dióxido de carbono (CO2) entre 2012 y 2017. Pese a ello, se sabe poco sobre el efecto de las considerables emisiones producidas por el sistema alimentario global en relación con la capacidad de alcanzar los objetivos frente al calentamiento climático recogidos en el Acuerdo de París.
Cambios en la dieta, eficiencia agrícola, no desperdicio de alimentos
Para abordar esta cuestión, el investigador Michael Clark y sus colegas de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, hicieron una previsión de emisiones continuadas de GEI producidas por el sistema alimentario global y descubrieron que mitigar o reducir estas emisiones es crítico para lograr los objetivos de calentamiento de 1,5 y 2 ºC.
De acuerdo con los resultados, si las emisiones debidas al sistema alimentario se mantuvieran dentro de los márgenes actuales entre 2020 y 2100, equivaldrían a un total de 1.356 gigatones, cantidad que superaría el límite de 1,5 ºC entre 2051 y 2063, para alcanzar el límite de 2 ºC por emisiones hacia finales de siglo.
Los investigadores apuntan algunas formas en las que estas emisiones podrían reducirse significativamente, como cambios en la dieta, eficiencia agrícola y reducción del desperdicio de alimentos, cuyo completo resultado podría conducir a una huella de carbono cero o incluso marginalmente negativa.
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