La entrada del mes de julio no ha hecho más que confirmar la progresiva disminución del agua embalsada que ya comenzó en junio. Estamos ante la quinta semana consecutiva de importantes descensos, y se espera que la tendencia continúe a lo largo del verano. En los últimos siete días el agua embalsada ha caído un punto para situarse en el 62,7% de sus reservas potenciales. Esta caída supone una pérdida de 530 hectómetros cúbicos, por lo que los embalses españoles se quedan con 35.162 hectómetros embalsados.
Mapa de la evolución del agua en los embalses españoles
El inicio del mes de julio ha prolongado la caída que se inició en junio y que preside todos los veranos. La pérdida semanal es similar a la del año pasado en las mismas fechas, aunque la situación era bastante peor en 2023, cuando en esta misma semana se situaba en un 46,5%, lo que suponía 16,2 puntos menos que el dato actual.
La situación por cuencas hidrográficas
, que continúa su huida de las preocupantes cifras del invierno. Como ocurre habitualmente, el norte de la Península capitaliza las mejores cifras donde, además del País Vasco, el Cantábrico Occidental se sitúa por encima del 90%. Mientras, permanecen por debajo del 30% de su capacidad el Guadalete-Barbate y el Segura, cuyo 22,4% supone las peores cifras de embalsado.
La llegada del verano y el descenso del agua embalsada no impiden que la franja cantábrica siga mostrando cifras muy positivas. De hecho el País Vasco ha crecido casi diez puntos hasta alcanzar el 100% de su capacidad. Con el Cantábrico Oriental invariable en el 83,6%, el resto de ámbitos ha experimentado bajadas de entre uno y dos puntos, oscilando entre el 90,8% del Cantábrico Occidental, el 84,9% del Miño-Sil y el 73,5% de Galicia Costa.
Las dos principales cuencas de la zona central de la Península no se escapan de las caídas generalizadas. El Duero ha perdido 1,2 puntos hasta llegar al 88,4%, mientras el Tajo ha caído un punto y se queda con un 74,7% del total.
Las caídas vuelven a afectar a todos los ámbitos de la mitad sur atlántica. El Tinto, Odiel y Piedras se mantiene con las mayores cifras de llenado, con un 84,3% a pesar de su caída de nueve décimas. El Guadiana ha perdido seis décimas hasta el 47,4%; el Guadalquivir ha bajado nueve décimas hasta el 42,1% y el Guadalete-Barbate protagoniza las peores cifras de la zona, con un 27,1% de su capacidad.
Los descensos también han afectado a la vertiente mediterránea con la excepción anteriormente citada de Cataluña, que crece dos décimas hasta llegar al 37,4% de su capacidad. El resto de ámbitos experimenta caídas, entre las que destaca el punto perdido por el Ebro para situarse en el 73,5% de su capacidad. La bajada del Júcar para llegar al 51,3% es de ocho décimas. Aunque con menores pérdidas, en torno al medio punto, es más preocupante la situación de las otras dos cuencas, ya que la cuenca Mediterránea Andaluza llega al 30,2% y el Segura baja hasta el 22,4% de su capacidad, la menor cifra de la Península.