El ininterrumpido descenso que han protagonizado los embalses españoles desde el inicio del verano continúa durante siete días más y ya son diecisiete las semanas consecutivas de pérdidas en el agua embalsada. A pesar de las últimas precipitaciones, especialmente concentradas en forma de tormentas, las reservas cayeron siete décimas hasta quedarse en el 47,9% de su capacidad. Este decremento supone una caída semanal de 397 hectómetros cúbicos para arrojar unas reservas totales de 26.855 hectómetros.

 

Evolución del agua en los embalses españoles

 

Mapa de la situación de los embalses en España por cuencas hasta el 24 de septiembre de 2024 / Imagen: EA

A pesar del progresivo descenso sufrido durante todo el verano, los embalses continúan con cifras mejores que las de 2023. Aunque experimentan un ritmo de caída superior al del año pasado, el 47,9% embalsado en la actualidad está más de 11 puntos por encima del 36,5% que había embalsado a estas mismas alturas de 2023. El año pasado la tendencia decreciente persistió hasta mediados de octubre, cuando comenzó la recuperación otoñal. De cara a la próxima estación persiste la duda de cuándo se detendrá esta caída y comenzarán las lluvias de manera persistente para recuperar los niveles de agua perdidos en los meses anteriores.

 

La situación por cuencas hidrográficas

 

Situación de los embalses y evolución del agua embalsada en datos a 24 de septiembre de 2024 / Infografía: EA

Esta semana las cifras de la Península pueden dividirse en dos tendencias correspondientes a sus dos vertientes. Mientras en el lado atlántico la mayoría de cuencas ha experimentado descensos semanales, a excepción de un ligero ascenso del Cantábrico Oriental y el mantenimiento del País Vasco; en la vertiente mediterránea ha ocurrido lo contrario, con la alternancia de ligeras pérdidas con subidas moderadas y el importante crecimiento de 1,6 puntos de la cuenca del Ebro.

En la zona norte continúa el progresivo descenso de la mayoría de sus ámbitos, aunque partan desde niveles elevados que no hacen que estas caídas sean preocupantes. El Cantábrico Oriental es el único ámbito que subió 1,4 puntos para quedarse con un 82,2%. Mientras el País Vasco permaneció otra semana más anclado en el 90,5%, el resto de cuencas de la zona experimentó importantes caídas: Galicia Costa perdió 1,6 puntos (51,8%), el Miño-Sil bajó 2,5 puntos (65,2%) y el Cantábrico Occidental descendió 2,7 puntos (70,4%).

En cuanto a las dos grandes cuencas de la Meseta, en ambos casos asistimos a pérdidas importantes acordes a la tendencia que han experimentado durante todo el verano. El Duero ha perdido 2,3 puntos y cae hasta el 62,7%, mientras que el Tajo sufre una caída de 1,4 puntos y se queda con un 57,0%.

En la mitad sur atlántica, la falta de lluvias persistentes generaliza las caídas y agudiza un tendencia que, si no se reciben pronto precipitaciones de importancia, puede ser alarmante. El Tinto, Odiel y Piedras se mantiene como la excepción de la zona con un 72,1% a pesar de la caída de 1,3 puntos semanales. Pero el resto de cuencas ofrece cifras menos optimistas. En las dos cuencas de mayor capacidad de la zona, el Guadiana ha caído tres décimas hasta el 39,6% y el Guadalquivir ha perdido siete décimas para llegar al 30,7%. Más preocupante es la situación en el Guadalete-Barbate, que vuelve a perder cuatro décimas y se queda en un 21,1%.

Estas caídas generalizadas no han sido correspondidas en la vertiente mediterránea, que experimenta un crecimiento importante impulsado por la subida del Ebro. La mayor cuenca de la vertiente y la que ofrece un mayor porcentaje de agua embalsada creció 1,6 puntos, lo que le impulsa hasta el 56,9% de su capacidad.

También experimentaron un ligero crecimiento de una décima cada una la vertiente del Júcar (41,3%) y el Segura, que trata de recuperarse poco a poco del 16,7% que le convierte en el ámbito con peores cifras de la Península. Esta semana las pérdidas estuvieron protagonizadas por Cataluña, que cayó seis décimas hasta el 29,2%, y por la cuenca Mediterránea Andaluza, que perdió seis décimas y quedó en un preocupante 23,3%.