La primera semana de 2025 no ha supuesto ningún cambio en la tendencia de los embalses españoles, que de nuevo continúan con la estabilidad protagonizada durante todo el otoño y el comienzo del invierno. Así, las reservas de agua embalsada han permanecido sin variación porcentual, ancladas en el 51,7% del total, sin que las tan anunciadas precipitaciones que acompañarían a la llegada de los Reyes Magos hayan redundado en el agua alojada en los embalses españoles.

 

Evolución del agua en los embalses españoles

 

Mapa de la situación de los embalses en España por cuencas hasta el 8 de enero de 2025 / Imagen: EA Mapa de la situación de los embalses en España por cuencas hasta el 8 de enero de 2025 / Imagen: EA

En los últimos siete días las reservas cayeron 20 hectómetros cúbicos para situarse en 28.953 hectómetros, aunque tan ligera disminución no haya afectado al porcentaje embalsado. Si observamos el dato de la misma semana del año pasado, las reservas arrojaban un 45,9% de su capacidad, 5,8 puntos menos que el dato actual, aunque ya comenzaba una tendencia de recuperación que hizo cerrar el mes de enero de 2024 en un 50,8%, dato muy similar al contenido a día de hoy.

Deberá esperarse a las siguientes semanas de enero para ver si la meteorología propicia una recuperación similar o si bien continúa la senda de estabilización acontecida durante los últimos meses.

 

La situación por cuencas hidrográficas

 

Situación de los embalses y evolución del agua embalsada en datos a 8 de enero de 2025 / Infografía: EA Situación de los embalses y evolución del agua embalsada en datos a 8 de enero de 2025 / Infografía: EA

Dentro de la escasa variación de las reservas generales, ha habido algunas oscilaciones entre las cuencas. La zona del norte ha tenido caídas generalizadas, de mayor importancia en la cuenca del Miño-Sil. A pesar de estos descensos, las tres cuencas con mayor porcentaje de llenado continúan ubicadas en esta zona: País Vasco, Cantábrico Oriental y Galicia Costa. Por el contrario, se han dado crecimientos de relativa importancia cuantitativa en el Duero y el Ebro, dos de las principales cuencas de la Península.

Las bajadas han sido generalizadas en la franja norte. La mayor caída porcentual la ha sufrido el Cantábrico Oriental, con unas pérdidas de 2,7 puntos hasta el 83,6%. De mayor importancia cuantitativa por su mayor capacidad ha sido la bajada del Miño-Sil, que ha descendido 2,1 puntos y se queda con un 53,6%. También ha perdido más de un punto el Cantábrico Occidental, que cae hasta el 64,3%. El País Vasco permanece otra semana inalterable en el 95,2% mientras que la excepción llega en Galicia Costa, que ha crecido 1,5 puntos para alcanzar el 82,3% de su capacidad.

Las dos grandes cuencas de la Meseta han prolongado su comportamiento de las últimas semanas durante unos días más. El Duero ha vuelto a crecer tres décimas hasta alcanzar el 63,9% mientras que el Tajo continúa con la caída de las últimas semanas, y en esta ocasión se deja dos décimas para quedarse en el 53,8%.

Las variaciones han sido escasas en la mitad sur atlántica. Los crecimientos, aunque mínimos, han llegado en el Guadalete-Barbate y en el Guadalquivir, donde ambos han logrado recuperar una décima para situarse en el 28,3% y el 35,2%, respectivamente. El Guadiana no ha sufrido variación alguna en la última semana y permanece con un 41,2%. Mientras, la caída ha venido protagonizada por el Tinto, Odiel y Piedras, que pierde cuatro décimas pero aún se encuentra en un excepcional 82,1%.

En la vertiente mediterránea, como en las últimas semanas, el gran protagonista ha sido el ámbito del Ebro, que casi ha capitalizado todo el crecimiento de la zona. Así, la mayor cuenca de la vertiente ha recuperado cuatro décimas y se sitúa con un 75,9%, las mejores cifras de la región con mucha diferencia. En la última semana también experimentó un ligero crecimiento el Júcar, que subió una décima para llegar al 49,9%. El ámbito de Cataluña se mantuvo inalterado en el 33,4%, la misma situación que protagonizó el Segura, que se mantiene en el 21,3% con las peores cifras de la Península. La caída de la vertiente mediterránea vino protagonizada por la cuenca Mediterránea Andaluza, que cayó dos décimas y se situó en el 29,0% de su capacidad.