Un tercio de la población de la región mediterránea vive muy próxima al mar y depende de sus infraestructuras y actividades económicas circundantes para subsistir. Dos informes de la Red Euromediterránea de Científicos Medioambientales y Climáticos (MedECC), presentados durante la Cumbre del Clima COP29 de Bakú (Azerbaiyán), evalúan los riesgos y soluciones para afrontar la crisis climática actual en estas zonas.
El Informe sobre clima y riesgos en las zonas costeras, que ha implicado a 55 investigadores e investigadoras de 17 países, indica que hasta 20 millones de personas se verán obligadas a desplazarse por el aumento del nivel del mar de cara a 2100.
Asimismo, se prevé que la población de las zonas costeras aumente más rápidamente que la de las zonas de interior, lo cual supone una exposición mayor de la población y de los recursos a los peligros costeros derivados del cambio climático y de la degradación del medio ambiente, como son las DANAs.
En el informe se hace especial referencia al posible aumento de las precipitaciones intensas y se platea, enlazando con el informe WEFE, la disminución del recurso hídrico en comparación con la demanda
MARÍA CARMEN LLASAT, Universitat de Barcelona
“En el Mediterráneo, el problema más grave son las inundaciones y las sequías. En el informe se hace especial referencia al posible aumento de las precipitaciones intensas y se platea, enlazando con el segundo informe WEFE, la disminución del recurso hídrico en comparación con la demanda”, dice a SINC a María Carmen Llasat, profesora de Física Aplicadas de la Universidad de Barcelona (UB) y una de las coordinadoras este trabajo.
El objetivo principal de este documento es identificar y evaluar la información científica actualizada sobre los peligros y los riesgos, así como las medidas de adaptación, mitigación y las soluciones que se pueden aportar.
Riesgo de inundación
La región también se enfrenta a riesgos por inundaciones que pueden afectar a las infraestructuras, a la degradación de la calidad del agua y a un acceso desigual. De hecho, las infraestructuras, como redes de transporte o lugares de patrimonio cultural, también estarán en alto riesgo. “La región ya alberga tres de los veinte aeropuertos del mundo en mayor riesgo por inundaciones costeras”, según apuntan los autores.
“El planteamiento del informe es buscar medidas de adaptación que a su vez sean sostenibles, es decir, que estén alienadas con la mitigación del cambio climático”, argumenta Llasat.
En la actualidad, el índice de subida es de 2,8 mm, el doble que la media del siglo XX; mientras que de cara a finales del siglo XXI el nivel medio del mar podría aumentar un metro.
El planteamiento es buscar medidas de adaptación que a su vez sean sostenibles, es decir, que estén alienadas con la mitigación del cambio climático
MARÍA CARMEN LLASAT
Por otro lado, el informe indica que las olas de calor marinas, cuya frecuencia y duración se han ido incrementando en las dos últimas décadas en un 40 % y un 15 % respectivamente, aumentan las emisiones de carbono y favorecen la aparición de especies tropicales no autóctonas, las cuales, a su vez, conllevan varias consecuencias socioeconómicas y ecológicas en el Mediterráneo. “Las olas de calor también han provocado episodios de muertes masivas que han afectado a corales, esponjas, moluscos, briozoos y equinodermos, y se espera que estos episodios sean incluso más habituales en un futuro”, recalcan.
Las olas de calor también han provocado episodios de muertes masivas que han afectado a corales, esponjas, moluscos, briozoos y equinodermos, y se espera que estos episodios sean incluso más habituales en un futuro
Los autores demandan alternativas de desarrollo sostenible resistentes al cambio climático que desvinculen el consumo energético del crecimiento económico. “Si se consigue crear un marco para toda la región mediterránea, en el que se involucre a científicos, científicas, legisladores/as, partes interesadas y ciudadanos y ciudadanas, al mismo tiempo que se incluyan estrategias de adaptación para todos los sectores, se conseguirá cooperar y adoptar medidas transfronterizas más efectivas”, recalcan.
Contaminación por plásticos
El Mediterráneo es uno de los mayores destinos turísticos del mundo, lo que aumenta la presión sobre sus ecosistemas. Los plásticos representan hasta el 82 % de la basura visible, el 95 % a 100 % del total de la basura marina flotante y más del 50 % de la basura en el suelo marino.
De cara a 2040, se estima que los vertidos de plásticos al mar se duplicarán si la producción de plástico anual sigue aumentando a un índice de un 4 %
De cara a 2040, se estima que los vertidos de plásticos al mar se duplicarán si la producción de plástico anual sigue aumentando a un índice de un 4 % y si la gestión de residuos no experimenta una mejora radical.
Los riesgos para los ecosistemas mediterráneos y la salud humana aumentan por los altos niveles de contaminación en la costa, que son el resultado, principalmente, de actividades humanas terrestres, como la industria, la agricultura, la urbanización y el turismo.
Agua, energía, alimentos y ecosistemas
Un segundo informe MedECC Conectar el cambio climático con el nexo Agua-Energía-Alimentos-Ecosistemas (WEFE, Water-Energy-Food-Ecosystems) evalúa el estado de los sistemas alimentarios, energéticos y acuáticos interconectados en el Mediterráneo.
Se centra en medidas de mitigación centradas en fomentar ecosistemas saludables a partir de tres vías de acción: tecnológicas innovadoras y el uso de energías renovables; recuperación de ecosistemas como la agroecología, soluciones basadas en la naturaleza y la recuperación de humedales, entre otros; y, por último, un enfoque social destinado a modificar los hábitos de consumo.
Este trabajo aboga por el desarrollo de medidas de mitigación centradas en fomentar ecosistemas saludables a partir de tres vías de acción
Un total de 60 autores y autoras de 15 países, coordinados por Marta Rivera Ferré, investigadora de INGENIO, instituto mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Valencia, tachan de “insostenible” la situación, lo que aumenta la inseguridad y denota la manifiesta desigualdad que existe entre países de la región.
Según los expertos, esta insostenibilidad en todos los elementos del nexo WEFE no solo se caracteriza por la inseguridad, sino “también por la existencia de grandes desigualdades entre países, además de múltiples vínculos entre los cuatro elementos”.