WWF reclama a las administraciones públicas que acometan un cambio en la gestión del agua que incentive el "uso racional" de los recursos y que mejore la gestión transfronteriza de las fuentes de agua que comparten España y Portugal ante la "extrema vulnerabilidad" ante la desertificación que sufre la Península Ibérica donde aumentan los episodios de sequía.
La ONG advierte de que la España de 2050 será "mucho más cálida y seca" y habrá zonas que vivirán bajo estrés hídrico, por lo que el panorama es "incierto" por el cambio climático, las proyecciones de menos agua disponible y el aumento de la demanda que darán como resultado cada vez más dificultades para garantizar que ríos, acuíferos y embalses tengan agua suficiente.
El desierto avanza en la Península Ibérica
El desierto avanza en la Península Ibérica, insiste la ONG en su nuevo informe Efectos del cambio climático en la Península Ibérica, en el que reclama un cambio en la gestión del agua que incentive el uso racional de los recursos, y mejore la gestión transfronteriza de las fuentes de agua compartidas entre ambos países, ya que el 75% del territorio tiene peligro de sufrir desertificación por una combinación de lluvias más irregulares, aumento de las temperaturas y maltrato a los suelos y los bosques.
El técnico de política del programa de aguas de WWF, Rafael Séiz, señala en declaraciones a Europa Press que ya se está "viendo y padeciendo" las consecuencias del cambio climático en España; donde las precipitaciones son cada vez más irregulares, los periodos de sequía más intensos y cada año se baten récords de temperaturas medias.
"Si seguimos haciendo un uso inadecuado del suelo y de los embalses, la Península Ibérica se parecerá cada vez más a un desierto", ha advertido.
Soluciones basadas en la naturaleza
Séiz considera esencial cambiar la "forma de gestionar el agua y apostar por soluciones basadas en la naturaleza para proteger los recursos hídricos y la biodiversidad que albergan los ríos ibéricos.
El técnico subraya no obstante que hay "poco margen" pero si se cambia la relación con al agua y se mejora la gestión del territorio existe la oportunidad para afrontar los retos del cambio climático. "Es en la naturaleza en quien tenemos que fijarnos y no en las políticas del hormigón y la oferta para resolver nuestros problemas", comenta.
El informe de la ONG apunta también a una reducción de la generación de energía hidroeléctrica al mismo tiempo que la subida de las temperaturas prevé un incremento de la demanda eléctrica durante los meses veraniegos.
Asimismo, el estudio concluye que esto afectará a la "ya crítica" situación de la biodiversidad acuática, ya que el 52% de las especies de agua dulce de la Península están clasificadas como en peligro crítico de extinción, en peligro de extinción o vulnerables, según los criterios de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).
"Los ríos son fundamentales para afrontar los retos del cambio climático, garantizar nuestros recursos hídricos y alcanzar los objetivos de la Estrategia para la Biodiversidad 2030 que nos ha exigido la Comisión Europea", ha manifestado.