El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) ha denunciado que al menos un lince ibérico muere por la acción de los furtivos cada semana, "un goteo incesante que amenaza con dinamitar los esfuerzos para recuperar la especie", según la organización.

Según un análisis realizado en el marco del proyecto LIFE SWiPE, un total de 68 linces murieron en 2021 a manos de furtivos, un 5% de la población total. Así, WWF ha denunciado un resurgimiento del furtivismo, uno de los principales factores que llevó al lince al borde de la extinción que, afirman, es la segunda mayor causa de mortalidad no natural de la especie (un 5%), muy cerca de los atropellos (un 6%). En España y Portugal, la especie cuenta con 1.668 ejemplares.

El análisis de WWF desvela que 233 linces murieron ilegalmente desde el año 2000 hasta el 2021, el último con datos disponibles que menciona métodos de caza no selectivos, crueles e ilegales, como los cebos envenenados o los cepos, acciones que, en su mayoría, quedan impunes o nunca se conocen

El análisis de WWF desvela que 233 linces murieron ilegalmente desde el año 2000 hasta el 2021, el último con datos disponibles según la organización que menciona métodos de caza no selectivos, crueles e ilegales, como los cebos envenenados o los cepos, acciones que, en su mayoría, quedan impunes o nunca se conocen, denuncia.

 

Los crímenes contra la vida salvaje son invisibles

 

En este punto, precisa que, desde 2008, cinco casos han llegado a juicio y en cuatro de ellos se produjo una condena por lo que apenas un 2% de las muertes ilegales de lince acabaron con una sentencia judicial.

"Estos alarmantes datos de furtivismo son un terrible recordatorio de que los crímenes contra la vida salvaje son invisibles. Si hoy es posible asesinar impunemente a un lince, el mayor tesoro de la fauna ibérica, es obvio que hacen falta más medios y más voluntad política para perseguir estos delitos", ha asegurado la coordinadora del proyecto LIFE SWiPE en WWF España, Silvia Díaz Lora.

 

Conflictos tras el regreso de la especie

 

Según el análisis de WWF, el problema es más frecuente allí donde han surgido conflictos tras el regreso de la especie, muchas veces relacionados con denuncias de ataques a gallineros o pequeñas explotaciones ganaderas.

Es imprescindible adelantarnos a los conflictos e invertir en medidas preventivas, que las administraciones prioricen la persecución de los delitos contra la vida salvaje y también la colaboración ciudadana

"El lince es una especie ampliamente aceptada y querida en sus nuevos territorios, incluyendo al colectivo ganadero o cinegético. Es imprescindible adelantarnos a los conflictos e invertir en medidas preventivas, como reforzar los gallineros, algo que ya se está haciendo en muchas zonas donde trabaja el proyecto LIFE LynxConnect", ha señalado el responsable de la conservación del lince en WWF España, Ramón Pérez de Ayala.

"No podemos permitir que el furtivismo dinamite la recuperación del lince ibérico, un éxito mundial de conservación y un orgullo para toda la sociedad y los territorios donde vive. Para acabar con esta lacra es necesario que las administraciones prioricen la persecución de los delitos contra la vida salvaje, y también la colaboración ciudadana, denunciando cualquier caso de furtivismo", ha concluido Pérez.

WWF recuerda que en caso de tener conocimiento de un delito ambiental, la ciudadanía debe avisar a los agentes medioambientales de las comunidades autonómas o al Seprona de la Guardia Civil en el 062.