Según un reciente informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el cambio climático es hoy en día la principal amenaza para el 33% de los 252 monumentos naturales incluidos en la lista de la UNESCO. El informe, Perspectiva del Patrimonio de la UICN 3, ha sido realizado a partir de los datos recogidos en los últimos seis años (2014-2020) y ha evaluado las perspectivas de conservación de todos los sitios inscritos teniendo en cuenta tres factores: su valor natural, los problemas que enfrentan y la calidad de su gestión.
Entre los que peores resultados han obtenido, destacan la Gran Barrera de Coral, en Australia, y las Islas y Áreas Protegidas del Golfo de California, en México. Ambos descienden su perspectiva de conservación a “crítica”; lo que significa que, de no aplicar medidas urgentes y eficaces, no se garantiza su futuro.
¿Qué funciona y qué no en la conservación del patrimonio natural? Cada tres años, la UICN responde a esta pregunta con datos científicos en la mano para dar a conocer si los esfuerzos en conservación que se llevan a cabo en estos lugares emblemáticos van por buen camino. Si en las evaluaciones de 2014 y 2017 se había subrayado el gran impacto de las especies invasivas y el turismo de masas como principales amenazas, en 2020, el cambio climático toma el relevo.
Se manifiesta "el daño que el cambio climático está causando al Patrimonio Mundial natural"
A través de un comunicado, Bruno Oberle, director General de la UICN, señala que el reciente estudio “pone de manifiesto el daño que el cambio climático está causando al Patrimonio Mundial natural, desde la disminución de los glaciares hasta el blanqueamiento del coral, pasando por la proliferación de incendios y sequías graves. Mientras la comunidad internacional define nuevos objetivos para conservar la biodiversidad, en este informe se señala la urgencia con la que debemos abordar juntos los desafíos ambientales a escala planetaria”.
Una llamada de atención al mundo
De los 252 monumentos inscritos, 83 son los que en mayor medida podrían verse afectados por el desajuste del clima. En esta línea, impresiona la situación de la Gran Barrera de Coral, lugar donde en solo cinco años se han registrado tres episodios de blanqueamiento masivo, siendo el último, en febrero de 2020, el peor hasta la fecha. Entonces, la temperatura del agua superficial ascendió a niveles nunca observados, alcanzando 1,2 °C por encima del promedio de temperatura para ese mes.
“Con este informe, la UICN está haciendo una llamada de atención al mundo. Estamos hablando de glaciares, bosques tropicales, arrecifes de coral,...; en definitiva, de lugares icónicos donde el cambio climático está generando un gran impacto en los ecosistemas naturales. Muchas especies no sobrevivirán.”, ha señalado la bióloga marina Isabel Núñez, especializada en conservación y restauración de corales de la Universidad Tecnológica de Sídney, en declaraciones a EcoAvant.com.
En cuanto a la respuesta de los arrecifes de coral, ha añadido que “la subida de las temperaturas afectará al área de distribución de las especies marinas que viven en ellos. Dicho de otra manera, al lugar donde les gusta estar. Al subir la temperatura, algunos organismos tendrán que emigrar si es que pueden.
La adaptación de los corales es complicada al tratarse de un proceso lento de cambios ambientales
En el caso de los corales, que son animales sésiles, es decir, que no se pueden mover, la única opción posible para sortear el problema sería modulando su fisiología a corto plazo y adaptándose a largo plazo”. Sin embargo, la adaptación se presenta complicada al tratarse de un proceso lento en un contexto de cambios ambientales que se producen con mucha rapidez.
Por otra parte, especial mención requieren la contaminación y la bajada del pH del mar, que han contribuido al deterioro de estas estructuras de vida, poniendo en jaque a las muchas poblaciones de especies marinas que se cobijan en ellas. En solo cinco años se han observado tres episodios de blanqueamiento masivo en la Gran Barrera de Coral. Esta es la primera vez que la UICN degrada la perspectiva de conservación del ecosistema arrecifal coralino australiano a “crítica”; estado en el que también se encuentran otros 16 sitios, el 7% del total.
El impacto de la subida de la temperatura a nivel global es también observable en los glaciares. Es por ejemplo, el caso del glaciar Kaskawulsh, dentro del Parque Nacional Kluane, en Canadá. Su rápido derretimiento está desviando el caudal de los ríos y, por ende, afectando a los seres vivos que viven en ellos y de ellos.
Aunque su perspectiva de conservación es “buena, con cierta preocupación”, se espera que las poblaciones de mamíferos terrestres clave como los osos negros, los osos pardos, los arces y las cabras montesas modifiquen sus patrones de distribución con el tiempo debido a la recesión glacial y el cambio en la vegetación que le seguirá.
Las Islas y Áreas Protegidas del Golfo de California, también amenazadas
Otro caso en estado crítico de conservación es el de las Islas y Áreas Protegidas del Golfo de California, en México. Si bien el cambio climático es un factor influyente, junto con el desarrollo turístico y la contaminación proveniente de la actividad agrícola; en este caso, la principal causa de sus malos resultados es la pesca ilegal practicada en el Alto Golfo de California, la cual ha llevado casi a la extinción a la vaquita marina (Phocoena sinus), cetáceo endémico de la zona.
La UICN constata que 16 sitios se han deteriorado desde 2017, mientras que solo ocho han mejorado
En cuanto a la evolución general, el estudio constata que 16 sitios se han deteriorado desde 2017, mientras que solo ocho han mejorado. Para Mechtild Rössler, directora del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco, la situación es “muy alarmante”.
En su reciente participación en un seminario web con motivo de la presentación de este estudio, ha subrayado que, desde el establecimiento de la convención, la mayoría de los sitios arrastran problemas en su gestión. “¿Cómo es posible que estos sitios tan importantes no tengan un plan de acción adecuado? Las generaciones futuras tienen el derecho de disfrutar de estos lugares como lo estamos haciendo nosotros.”, ha sentenciado con evidente indignación.
La evolución del patrimonio natural no es buena
Según Cyril Kormos, vicepresidente para el Patrimonio Mundial de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN, “la evolución general de la conservación del patrimonio natural no es buena”. Aun así, añade, “hay que reconocer los ejemplos positivos”, como es el caso de Uadi Al-Hitan, o Valle de las Ballenas, en el desierto de Egipto, sitio que contiene restos fósiles de gran valor científico para entender el proceso evolutivo de los cetáceos.
Las razones de su mejora radican en la puesta en marcha de novedosas medidas de gestión y financiación suplementaria con respecto a los años anteriores. Entre los mejores ejemplos, destaca también el Parque Nacional de Comoé, en Costa de Marfil, que ha mejorado su perspectiva de conservación de “crítica” en 2014 a “buena, con ciertas preocupaciones” en 2020.
La organización hace énfasis en la necesidad de que los gobiernos se pongan manos a la obra para implementar medidas eficaces con partidas presupuestarias adecuadas, pero ante todo recuerda que el cambio climático necesita de una acción internacional conjunta.
Reducir las emisiones de gases pasa necesariamente por un cambio de modelo en la economía mundial
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero pasa necesariamente por un cambio de modelo en la economía mundial. Para la zoóloga Kathy Mackinnon, vicepresidenta del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la UICN, “el estudio no solo nos habla de lo que sucede en estos lugares en concreto, sino de lo que está pasando de manera general con las áreas protegidas en todo mundo.
Refleja lo que ya sabemos; que nos enfrentamos a una crisis de la biodiversidad en su conjunto.”. La crisis sanitaria que vivimos en estos momentos es, según la zoóloga, una oportunidad para darnos cuenta de la necesidad de apostar por una economía verde, que apoye el mantenimiento de las reservas naturales; lugares que están demostrado ser esenciales para la salud y el bienestar de la humanidad durante el actual periodo de cuarentena.
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