Un total de 59 ejemplares de cigüeña blanca se electrocutaron en un mismo episodio en la zona de Sant Quirze de Besora (Barcelona), y de ellas solamente se salvaron ocho, informó el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat por medio de su cuenta de Twitter, seis de ellas en estado muy grave.
Los animales supervivientes fueron trasladados urgentemente al Centre de Fauna de Torreferrussa, en Santa Perpètua de Mogoda, donde serán atendidas de sus lesiones y se intentará recuperarlas para su reintroducción en la naturaleza. Los cuerpos de los fallecidos también llegaron al mismo centro para la realización de necropsias.
Según el Grupo de Anillamiento de Calldetenes-Osona (GACO), que detectó las aves afectadas y participó en el rescate junto a los Agentes Rurales, se trataba de un grupo de unas 700 cigüeñas "en migración post-nupcial", que viajaban hacia el sur en busca de zonas cálidas en África para pasar el invierno tras criar en diferentes puntos de Europa, y que llegaron a la zona el pasado viernes.
Tras viajar de día, estos grupos suelen buscar lugares elevados para pasar la noche, como tejados, antenas, árboles altos o torres de electricidad, como sucedió en este caso, con la mala fortuna de que varias decenas de animales fallecieron electrocutados. Normalmente, por la mañana se agrupan en algún lugar abierto para buscar comida antes de emprender de nuevo el vuelo aprovechando las primeras corrientes térmicas. Medio centenar largo de ellas ya no pudieron hacerlo.
Algunos animales estaban anillados para poder estudiar sus movimientos y los activistas del GACO encontraron 21 anillas en Sant Quirze (todas alemanas menos una suiza) y otras 61 en Saderra (51 alemanas, 5 suizas y 5 francesas).
El GACO lamentó el accidente, del que dijo que es de un tipo que "no es poco habitual cuando los grupos son grandes y se agotan los espacios elevados disponibles", e instó a las administraciones y las empresas responsables a adoptar medidas para que dejen de producirse.