Trabajadores de una plantación de arroz consiguieron filmar recientemente al rarísimo y casi extinto aguará guazú, el más amenazado cánido del continente sudamericano, en la provincia argentina de Santa Fe. Las imágenes publicadas en la cuenta de Facebook de la cooperativa arrocera a mediados de marzo se hicieron virales en poco tiempo debido a la escasez de avistamientos de este animal.
El aguará guazú ('zorro grande' en lengua guaraní) o lobo de crin (Chrysocyon brachyurus) es el mayor de los cánidos de América del Sur. Habita en espesuras y pastizales del noreste de Brasil, el Chaco de Paraguay y Bolivia, en la Mesopotamia argentina y al oeste de las pampas de Health en Perú. Como en muchas otras regiones que antaño habitó, en Uurguay desapareció totalmente ya en el siglo XIX.
Se calcula que en todo el país quedan solamente 600 ejemplares
Es un animal corpulento, de hasta 125 centímetros de longitud y un metro de altura, con una cola de unso 40 centímetros. Suele pesar unos 30 kilos y su físico es similar al de un zorro, aunque es mucho mayor y sus largas patas le otorgan un aspecto distinto y muy peculiar. No está emparentado directamente con ningún otro cánido, salvo con el llamado perro venadero, también sudamericano, aunque su configuración física es muy distinta.
El esquivo perro venadero (Speothos venaticus), con el que el aguará comparte áreas de distribución, aunque se mueven en ecosistemas distintos, vive en el norte del continente suramericano, desde Costa Rica hasta el norte de Argentina, en parejas o grupos de 4 a 12 individuos. Son territoriales y marcan sus áreas con su orina, que emite un olor muy similar al del vinagre (de ahí el nombre que también recibe de zorro vinagre). Miden unos 25 centímetros de altura y 65 de longitud, con una cola de 12 centimetros y pesan unos 6 kilos. Y su físico recuerda más al de un mustélido (como el tejón) que a otros cánidos.
En 2009 un estudio de ADN realizado por un equipo científico dirigido por Graham J. Slater, de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos), confirmó que el pariente más cercano del aguará guazú es el lobo de las islas Malvinas (Dusicyon australis), extinguido por culpa del hombre en el siglo XIX. Ambas especies se separaron hace alrededor de 6,7 millones de años, y la insularidad de las Malvinas favoreció la evolución de una especie diferenciada.
La leyenda del hombre - lobo
Durante siglos, el aguará ha sido perseguido intensamente por considerarlo un peligro para el ganado y porque algunas leyendas lo relacionaban con un personaje mitad lobo mitad hombre, el llamado lobizón. Hoy, la destrucción de sus hábitats se suma al declive acelerado de la especie, que algunas estimaciones creen que ya solamente conserva unos 600 individuos en Argentina.
Por ello, el animal está incluido en el Apéndice II del listado de especies protegidas de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) y en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), que estima que pueden quedar unos 17.000 ejemplares.
En realidad, el aguará guazú no solamente no supone un peligro para los humanos sino que tampoco lo es para sus reses. Se alimenta de pequeños mamíferos, reptiles y aves, además de vegetales. Entre sus presas están ranas, lagartos, víboras, cuises (pequeños roedores, similares a los conejillos de indias), armadillos o insectos. También persigue aves, devora sus huevos. Pero la mayor parte de su dieta la obtiene de distintos frutos y raíces.
Se alimenta de pequeños animales pero la mayor parte de su dieta es vegetal
En el vídeo publicado por los trabajadores arroceros se puede ver a un ejemplar atravesando a saltos un campo de cereal ya crecido por el que avanzaban las cosechadoras. Los hábitos de esta especie son predominantemente crepusculares y nocturnos, por lo que, además de por su escasez, y por el hecho de que la provincia donde se lo ha visto es considerado muy escaso, su avistamiento en pleno día resulta aún más excepcional. El cánido observa al humano que lo filma pero no parece verse muy afectado por su presencia.
El lobo de crin suele habitar en pastizales, zonas de inundación, pantanos y otras zonas húmedas o selvas en galería y se trata de animales solitarios y muy territoriales. Estos cánidos no aúllan y se comunican a través de unos ladridos roncos y graves.
La melena del aguará guazú es eréctil, rojiza y áspera, lo cual les permite parecer más grandes frente a sus enemigos y caminar por zonas donde la vegetación es cortante y densa, y sus largas patas les permiten poder asomarse por encima de los pastos donde habitan y tener una mejor visión de su entorno. Poseen crines de color negro sobre el cuello hasta media espalda, cabeza pequeña y alargada en relación al cuerpo y orejas bastante grandes, que les permiten disipar el calor corporal para regular su temperatura.
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