La noche del pasado 15 de agosto se iniciaba un incendio en la isla de Tenerife que, hasta ahora, ha afectado a unas 13.400 hectáreas y a doce municipios en esta isla, siendo La Orotava el municipio que aporta una mayor superficie al total, con un tercio aproximadamente. En este momento se estima que el incendio ha alcanzado un perímetro de unos 90 km y, aunque se considera que evoluciona favorablemente, aún no se ha dado por controlado. Casi mil personas y unos trescientos animales han tenido que ser albergados como consecuencia del incendio, que ha sido provocado según han indicado las autoridades de la isla.
Con la información oficial proporcionada por el sistema de seguimiento satelital de emergencias de la Unión Europea (Copernicus EMS), en un primer análisis, los siguientes espacios de la Red Canaria de Espacios Naturales protegidos se habrían visto afectados: Paisaje Protegido Siete Lomas, Paisaje Protegido Las Lagunetas, Reserva Natural Especial Las Palomas, Paisaje Protegido La Resbala, Reserva Natural Integral Pinoleris, Parque Natural Corona Forestal y Parque Nacional El Teide.
Casi mil personas y unos trescientos animales han tenido que ser albergados como consecuencia del incendio
Además, algunos de esos espacios, en parte o en su totalidad integran la red Natura 2000, la red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad. En concreto, las Zonas Especiales de Conservación (ZEC) siguientes: Parque Nacional Teide, Pinoleris, Las Palomas, Corona Forestal, Las Lagunetas, La Resbala; así como la Zonas de Especial Protección para Aves (ZEPA) Montes y Cumbres de Tenerife.
Unas 40 especies de aves afectadas
Si bien es cierto que aún es pronto para valoraciones, puesto que el incendio no se ha dado por extinguido, partiendo de la información publicada por Copernicus EMS y con los datos con que cuenta SEO/BirdLife, la ONG ambiental estima que en las zonas afectadas por el incendio habitan 39 especies diferentes de aves vinculadas a distintos hábitats (principalmente pinar de pino canario, pero también laurisilva) muchas de ellas especies o subespecies endémicas tanto a nivel insular como canario o macaronésico.
Es de destacar el caso del pico picapinos, un pájaro carpintero, o de una rapaz forestal como el gavilán, así como de paseriformes como el herrerillo o los pinzones vulgar canario y azul de Tenerife. Este último, un endemismo insular, a pesar de contar con un número significativo de ejemplares, podría ver reducida drásticamente la extensión de su hábitat. Otras aves emblemáticas potencialmente afectadas serían rapaces nocturnas, como la lechuza o el búho chico, o especies crípticas como la chocha perdiz y otras amenazadas como el cuervo, catalogado como en peligro de extinción, sin olvidar a las dos palomas endémicas de Canarias, la rabiche y la turqué.
A medio y largo plazo, la pérdida de hábitats también nos preocupa, dada la presión a la que ya están sometidos nuestros espacios protegidos
YARCI ACOSTA, delegada de SEO/BirdLife en Canarias
“La mortalidad directa generalmente no suele ser un problema para las aves, aunque la exposición al humo sí que puede afectar a sus vías respiratorias, del mismo modo que lo hace en los seres humanos. Sin embargo, los vuelos de huida pueden favorecer choques y atropellos entre ellas. Además, en este momento, nos encontramos finalizando el periodo de cría de un buen número de especies de aves, por lo que esperamos que las crías de algunas de ellas estén realizando sus primeros vuelos y, dada su inexperiencia, su capacidad de escapar del fuego directo podría verse reducida", explica Yarci Acosta, delegado de SEO/BirdLife en Canarias
Asimismo Acosta destaca que "a medio y largo plazo, la pérdida de hábitats también nos preocupa, dada la presión a la que ya están sometidos nuestros espacios protegidos. A este respecto, esperamos poder estudiar la evolución de las poblaciones de aves tanto dentro de las zonas quemadas, como fuera, de manera que podamos comprender mejor el proceso de recolonización, como hicimos para el incendio ocurrido en la Gomera, en el Parque Nacional de Garajonay, en agosto de 2012, y en el más reciente ocurrido en 2020 en Tijarafe y Garafía, en la isla de La Palma”.
La organización conservacionista también recuerda que no existen soluciones sencillas o recetas mágicas para problemas complejos como la gestión de incendios y pide respeto para los profesionales multidisciplinares que se dedican a esa labor.
Comentarios