Chinches de la cama (Cimex lectularius), roedores (mamíferos del orden Rodentia) y cucarachas (orden Blattodea) son las plagas más extendidas en la Península Ibérica en los últimos cinco años, según un estudio elaborado por la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA) que analiza la evolución del sector de servicios biocidas y de las plagas urbanas en España y Portugal en el último quinquenio a partir de las intervenciones de las empresas que se dedican al control de las poblaciones de estos animales.
Las actuaciones contra los molestos hematófagos aumentan un 97% en cinco años
El mayor esfuerzo se ha realizado para acabar con los roedores (combatidos por el 87,13% de las empresas estudiadas), las chinches de cama (70,3%) y las tres especies de cucarachas más habituales en nuestro país; cucaracha germánica (65,35%), cucaracha americana (61,39%) y la cucaracha oriental; cuya incidencia del 35,64% resulta casi la mitad de las otras dos. Si bien, el aumento más destacado del número de intervenciones ha sido el de las chinches: del 96,77% frente al 57,95% de la lucha contra los roedores.
La presencia creciente de estos animales es consecuencia del crecimiento de las urbes, la globalización, el cambio climático y el auge de los viajes y el tránsito de mercancías por el mundo. “En los próximos años asistiremos a un incremento de las plagas. El calentamiento global, con inviernos cada vez más templados y ciclos reproductivos más cortos, contribuirá en buena parte a ello”, afirma Milagros Fernández de Lezeta, directora general de la ANECPLA, organización que representa al sector en España.
Las plagas son un grave problema medioambiental y de salud pública. Las más tradicionales, como las chinches de la cama, se erradicaron por completo en Estados Unidos y en Europa a mediados del siglo XX debido al uso extensivo que se hizo del insecticida DDT.
Especies exóticas
Pero hoy, según apuntan los expertos, los insectos se han hecho resistentes a algunos tipos de pesticidas, con lo que los productos resultan menos eficaces. Los parásitos se mueven por el planeta empleando nuestras maletas como transporte ya que, gracias a su pequeño tamaño y su forma aplanada, animales como las chinches se esconden con facilidad y son difíciles de detectar.
Así lo demostraron dos científicos en su estudio Bedbug infestations recorded in central Italy (Las infestaciones de chinches registradas en el centro de Italia) en el que exponen como en el verano de 2003 se registraron por separado en la ciudad de Pisa dos episodios de este tipo. En ambos casos, su origen estaba relacionado con viajes internacionales.
Algunas plagas de insectos se han hecho ya resistentes a los pesticidas
En los hoteles de la península Ibérica, las chinches, insectos nocturnos y fétidos que se alimentan de la sangre de otros animales dejando picaduras irritantes, se han adueñado de las camas y del inmobiliario: han experimentado el mayor incremento poblacional, seguido del de las cucarachas. En el caso de hospitales y residencias geriátricas, el orden se invierte, y las cucarachas son las más combatidas.
Los principales servicios prestados por las empresas de control de plagas en España han sido la desinsectación y la desratización. Tras éstos vienen el control de chinches de cama (73%), los tratamientos de madera contra insectos como las termitas o la carcoma (71%) y los servicios de prevención y control de la legionella (67%).
A las plagas de toda la vida hay que sumar, tal y como apunta Fernández de Lezeta, otras especies exóticas invasoras como el mosquito tigre, la avispa asiática y americana y los picudos rojo y negro, escarabajos que llegan a causar la muerte de las palmeras y de las plantas crasas, respectivamente. La cucaracha Supella longipalpa, de origen africano, es una de las últimas que amenaza con asentarse en España gracias a las ventajas de un mundo cada vez más cálido y más globalizado.
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