En el proyecto Life+ Iberlince participan más de 20 socios, que incluyen a los gobiernos español y portugués, las administraciones autonómicas de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Murcia y ONG como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Gracias a sus esfuerzos combinados, este año el censo de linces alcanzó la cifra de 404, cuadruplicando la población de 2002.
El número de animales en libertad alcanza los 404, con 14 nacimientos registrados este año
Para el éxito de esta iniciativa no sólo ha sido muy importante la colaboración entre organismos públicos y privados, sino el que Life+ Iberlince haya demostrado la importancia de implicar a los diferentes grupos sociales y los ciudadanos individuales relacionados con la problemática de la supervivencia del felino.
De esta forma, debido a que buena parte del territorio de los últimos linces en 2002 era de propiedad privada, se firmaron contratos con propietarios de fincas que se comprometieron a mantener un hábitat adecuado para el animal. Actualmente, hay 132 acuerdos de esta clase. Por otro lado, también se establecieron compromisos con clubes y asociaciones de cazadores para regular la caza del conejo, el principal alimento de los linces. En total, esto ha significado disponer de 95.000 hectáreas de terreno seguro y favorable con alimento para este depredador tan especializado.
Las estrategias de conservación que se están desarrollando incluyen estabilizar los territorios del lince y crear otros nuevos; continuar con la reducción de las causas de mortalidad (especialmente, de los atropellamientos en las carreteras); seguir con las campañas de concienciación social; reintroducción de especímenes criados en cautividad y acciones de refuerzo genético y demográfico, ya que las poblaciones de linces son muy pequeñas y podrían sufrir problemas de consanguinidad si no se desplazan animales de unos núcleos a otros.
Una dieta basada en el conejo
El consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio andaluz, José Fiscal, se mostró muy satisfecho con el premio europeo y afirmó que “todos los participantes en el proyecto, socios del Life+ Iberlince, propietarios y gestores de fincas, y el equipo humano que ha trabajado en el mismo sienten con este premio reconocida una labor de 15 años”.
El programa está financiado por los fondos Life de la Unión Europea, que se destinan a proteger y conservar el medio ambiente y las especies amenazadas de la lista roja europea de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), además de apoyar iniciativas relacionadas con la lucha contra el cambio climático. Los sucesivos proyectos Life+ Iberlince han trabajado para sacar al lince de la categoría en peligro crítico de la UICN, cosa que consiguieron en 2015, cuando se rebajó su nivel de amenaza a en peligro.
El premio Red Natura 2000 intenta dar notoriedad a las iniciativas de conservación del medio ambiente que se llevan a cabo dentro de los espacios naturales de alto valor ecológico de la Red Natura 2000. Ésta se estableció en 1992 y ya cuenta con más de 27.000 espacios (que suman más de un millón de kilómetros cuadrados), lo que la convierte en uno de los mayores conjuntos naturales protegidos del mundo. El país que más territorio aporta es España, con 1.800 espacios que cubren 209.000 kilómetros cuadrados, 25.000 de ellos en Andalucía.
La especie ha pasado de estar 'en peligro crítico' para la UICN a sólo 'en peligro'
El primer proyecto Life+ Lince se inició en 1994 y se plasmó en un estudio sobre los hábitos, las áreas y los problemas a los que se enfrentaba la especie, y se preocupaba principalmente de reducir la mortalidad no natural. Cuando el segundo proyecto Life Lince se puso en marcha en 2002 sólo quedaban un centenar de estos felinos en libertad, concentrados en dos zonas en los parques naturales de Doñana y de Andújar-Cardeña. Ese mismo año, la UICN declaraba al lince ibérico en peligro crítico, convirtiéndose en el único felino salvaje del mundo en esta categoría.
Las causas de mortalidad del lince son varias, entre ellas, la reducción de la población de conejos (su principal presa: constituyen el 90% de su dieta), la reducción de su hábitat natural (el bosque y matorral mediterráneo), atropellos y caídas en pozos y la caza ilegal. Los proyectos concentraron parte de sus energías en reducir estas causas de muerte a través de la creación de ecoductos (pasos subterráneos o puentes para la fauna por encima de las carreteras), el cubrimiento de pozos y la firma de contratos con propietarios de terrenos de la zona.
El siguiente objetivo de Life+ Iberlince, que ya está siendo implementado, es la extensión de las poblaciones del felino a zonas en las que históricamente había habitado, como Portugal, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia. Para ello, ya se han iniciado las reintroducciones de linces en estos territorios y se han firmado acuerdos con ONG, asociaciones de caza y empresas privadas que quieren colaborar en la recuperación del animal. Y por supuesto también se quiere “continuar con la concienciación” sobre el peligro de extinción de esta especie.
El trabajo de Life+ Iberlince va bien encaminado. En mayo se confirmó la presencia de dos nuevas camadas de tres cachorros en los Montes de Toledo, de dos hembras llamadas Kea y Lila, procedentes de dos centros de cría diferentes (Cáceres y Silves en Portugal). Éstas se unen a las dos hembras que ya habían criado y que elevan el número de cachorros nacidos este año en libertad a 14.
Aun así, es vital no bajar la guardia. En mayo se presentaron proyectos de minería de tierras raras (que contienen elementos químicos escasos y de alto valor estratégico) en las tierras del Campo de Montiel (Ciudad Real) que pueden deteriorar gravemente el ecosistema. Algunos de estos terrenos forman parte de la red Natura 2000 y son hábitat del lince y de muchas aves como el águila imperial ibérica o la avutarda. Las organizaciones ecologistas Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF ya se han movilizado para detener estos proyectos y, precisamente, premios como el que ha recibido Life+ Iberlince son muy importantes para la concienciación y el respaldo a la necesidad de cuidar el ecosistema donde el lince puede sobrevivir.
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