La media de las temperaturas primaverales ha experimentado un claro aumento en los últimos años, y muy especialmente al inicio de la estación. La calidez sin precedentes registrada en plena época de floración ha avanzado el brote de los capullos de decenas de especies plantas en la costa este de Estados Unidos, incluso días o semanas antes de lo que sus habitantes estaban acostumbrados a ver.
Un grupo de científicos de las universidades de Harvard, Boston y Wisconsin ha comparado los momentos de floración actuales de diferentes especies endémicas con los registros históricos iniciados hace 161 años y desarrollados, en diferentes etapas, por pioneros naturalistas como Henry David Thoreau y Aldo Leopold, considerados verdaderos iconos del movimiento ecologista estadunidense. Sus conclusiones han sido publicadas en la revista científica Plos One.
La sensibilidad de la floración a las temperaturas ha resultado un elemento clave para la investigación del impacto del cambio climático sobre la vegetación.
Registros iniciados por Thoreau
Richard B. Primack, profesor de biología de la universidad de Boston, y los coautores del estudio que aportaron datos desde diferentes puntos del litoral este, han tomado como punto de partida los trabajos de los míticos ecólogos para tratar de comprender la relación que guardan las flores con el calentamiento global.
Las temperaturas récord de 2010 y 2012 causaron avances sin precedentes
Los registros iniciados por Thoreau en 1852 y continuados por Leopold en 1935 permitieron concluir que el récord de temperaturas registrado en la primavera de 2010 y 2012 en los estados de Massachusetts y en Wisconsin dio lugar a los tiempos de floración más avanzados para numerosas especies de la flora en la costa atlántica norteamericana.
Este avance ya se habían podido prever a partir del análisis de las relaciones históricas entre temperaturas y fechas de floración durante el siglo y medio documentado.
En 2010, los científicos analizaron en Concord (Massachusetts) el comportamiento de 32 especies de plantas nativas –con el objetivo de disponer en el muestreo de una mayor amplitud filogenética, es decir, de parentesco– y constataron que 13 de ellas tuvieron la fecha de florecimiento más temprana de la historia. En 2012, se registraron récords similares en 14 plantas de especies diferentes.
Durante las mismas fechas, la mayoría de la vegetación de Wisconsin mostró cambios muy significativos en las fechas de florecimiento. En 2012, 19 de las 23 especies estudiadas habían igualado o superado todas las marcas anteriores a ese año plasmadas en los registros.
Insectos polinizadores
El patrón identificado por Richard B. Primack, especialista en el impacto que el cambio climático tiene sobre las plantas y los animales, y su equipo ha sido que por cada grado centígrado que aumenta la temperatura, las plantas florecen 3,2 días antes en Concord y 4,1 días en el caso de Wisconsin.
Aunque pueda parecer extraño, antes de este estudio los científicos no sabían que las plantas podían seguir floreciendo cada vez más temprano debido al calentamiento de la Tierra. De ahí deriva también una incógnita para los investigadores.
¿Serán capaces las plantas de adaptar su floración al ritmo incesante del calentamiento del globo? ¿Existirá algún límite? ¿La vegetación podrá a la larga florecer durante todo el año?
Por cada grado de aumento, las flores se anticipan una media de 3 a 4 días
Récords de las temperaturas
El aumento de las temperaturas también expone a la fauna a la sequía, disminuyendo así el éxito reproductivo de numerosas especies. En ese sentido surge la duda sobre si los insectos y otros animales polinizadores podrán ajustar sus ciclos reproductivos y vitales a los avances de la floración o a las alteraciones de ésta.
En caso contrario, la supervivencia de la flora estaría amenazada.Otra de las preocupaciones del estudio es si el mismo avance en el tiempo con que la vegetación florece, combinado con las heladas tardías que dañan las flores y las hojas jóvenes, puede tener un efecto negativo sobre el desarrollo de los frutos.
Teniendo en cuenta los fenómenos meteorológicos extremos experimentados en EE UU y los citados récords de las temperaturas de 2010 a 2012, los autores del estudio han podido constatar que los registros históricos de datos de las variaciones atmosféricas como los iniciados por Thoreau y Leopold resultan esenciales, no sólo para la comprensión de la relación entre las plantas y el aumento de las temperaturas actual, sino también para entender los cambios futuros.
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