El gorrión alpino, el treparriscos y el ruiseñor pechiazul son las candidatas de SEO/BirdLife a Ave del Año 2025, campaña con la que la ONG quiere llamar la atención sobre su declive poblacional o por sus amenazas de conservación. Como en ediciones anteriores, la organización ha puesto en marcha un proceso de votación abierto: https://seo.org/elige-ave-del-ano-2025/
Este año, las tres especies están vinculadas a las montañas de la mitad norte de la península ibérica y son muy sensibles a la pérdida de hábitat debido al cambio climático. Tal y como ha recordado SEO/BirdLife, están incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE).
Tres especies están vinculadas a las montañas
El gorrión alpino (Montifringilla nivalis) es el más grande y "peculiar" de los gorriones que habitan en España y su característico plumaje es el más llamativo de sus parientes. Según la ONG, que se puede encontrar en la alta montaña tanto en la parte oriental de la cordillera Cantábrica (entre el Parque Natural de Somiedo y Peña Prieta y Curavacas), como en la cordillera pirenaica, entre Navarra (macizo de Orhy) y Lleida (Noguera Pallaresa), normalmente por encima de los 1.800 metros (m) de altitud.
De acuerdo con los resultados del censo de aves de montaña realizado por SEO/BirdLife durante 2024, el tamaño de su población reproductora se encontraría por debajo del umbral para poder calificarla como vulnerable aplicando los criterios de evaluación de su estado de conservación establecidos por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) con carácter internacional.
Por su lado, el treparriscos (Tichodroma muraria) tiene una colorazón predominantemente pizarrosa, lo que le hace pasar inadvertido hasta que levanta el vuelo desplegando sus anchas alas redondeadas de un llamativo bermellón. La especie está ligada a los cortados rocosos y, en España, sus áreas de reproducción se encuentran entre la cordillera Cantábrica y los Pirineos.
Aunque puede encontrarse en todo tipo de sustratos, su preferencia son las zonas calizas del Pirineo central y la parte más oriental de la cordillera Cantábrica (es decir, desde Picos de Europa y su entorno hasta Somiedo). En invierno se expande, haciendo posible que se le pueda observar en prácticamente cualquier roquedo de la Península, incluso en edificios. En este aspecto, la ONG ha avisado de que el cambio climático y la alteración de su hábitat constituyen una clara amenaza para el treparriscos.
Por último, SEO/BirdLife ha indicado que el ruiseñor pechiazul (Luscinia svecica) es la más extendida y fácil de observar de las tres candidatas a Ave del Año, a su juicio por su hábito de posarse en piornos y tojos mostrando su llamativa garganta azul.
Su área de cría está repartida en dos zonas montañosas bien delimitadas en el noroeste y centro del país, pero en invierno la mayoría de la población de Europa occidental inverna en África subsahariana, ocupando una parte de la franja costera mediterránea y el valle del río Guadalquivir, con presencia puntual en el valle del Ebro.
La organización ha señalado que, si bien se observa una ligera tendencia regresiva con la información disponible actualmente, la especie no puede considerarse amenazada. Aún así, el grado de aislamiento de sus poblaciones, junto con los efectos que el cambio climático va a generar en su hábitat, constituyen como factores de riesgo que pueden afectar negativamente a su estado de conservación.