El programa, que nace de una colaboración entre Friends of Orangutan (Amigos del orangután) y la Orangutan Foundation International (OFI) anunciada el pasado noviembre, está proyectado tanto para educar a los que viven y trabajan en el hábitat natural de estos simios como para reforzar la política de APP de tolerancia cero con acciones, criminales o perjudiciales, que ponen en riesgo la vida de animales amenazados de extinción.
"Ha de actuar de manera responsable; obtiene sus beneficios de los bosques"
Las primeras sesiones formativas tienen lugar en Pangkalan Bun (isla de Borneo) y están dirigidas a 30 proveedores de pasta de madera, quienes durante los próximos nueve meses capacitarán a otros 270 miembros del personal de la empresa. "Cuantas más iniciativas de este tipo veamos, no sólo para los orangutanes, sino para otras especies en peligro de extinción, mucho mejor", sentencia la Doctora Biruté Mary Galdikas, fundadora de OFI, organización que rescata y prepara a los primates para dejarlos de nuevo en libertad en las áreas protegidas de la selva tropical de Indonesia.Galdika considera que la protección de las poblaciones de orangutanes en estado salvaje "es de una importancia crucial para Indonesia y el mundo" y explica que el sector de la silvicultura "tiene la obligación especial de actuar de manera responsable, dado que obtiene sus beneficios de los bosques y la madera".
Compromiso con la protección
En enero de 2012, Asia Pulp & Paper Group, una marca que comercializa diversos productos de papel producidos por varias empresas papeleras indonesias, se comprometió con el Ministerio de Silvicultura del país a promover una serie de principios de asociación entre los sectores público y privado para mejorar la protección de varias especies amenazadas del país.La directora gerente del área de Sostenibilidad y Participación de APP, Aida Greenbury, subraya que la implantación del programa es "una prueba más" del compromiso de la empresa de apoyar los esfuerzos de conservación que realiza el gobierno de Indonesia.
Los orangutanes están cada vez más amenazados. Por una parte, por la destrucción y degradación de su hábitat que provoca la actividad humana, sobre todo con la extracción de madera de los bosques y la tala o quema de los mismos para usar las tierras para la agricultura. Por otro lado, por el comercio de carne de animales salvajes y por el tráfico ilegal de mascotas, uno de los más lucrativos tráficos ilícitos del mundo, tras los de drogas y armas.
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