Los gigantescos incendios que están devastando millones de hectáreas de la Amazonia no solamente están acabando con millones de árboles y animales, también están poniendo en peligro a algunas de las últimas tribus nómadas no contactadas que todavía viven en la mayor selva del planeta. Las llamas se han aproximado al territorio de los indígenas awá en el nordeste amazónico. En el otro extremo del pulmón verde de la Tierra, el bosque ancestral de la tribu Uru Eu Wau Wau, algunos de cuyos miembros también viven sin contacto con el mundo exterior, se ha visto igualmente dañado por el fuego.
Los awá, de los que apenas quedan unos 400 miembros, con una proporción de dos hombres por cada mujer, están considerados la tribu más amenazada del planeta, y sus tierras en el estado de Maranhão, cubiertas todavía por una densa selva, son codiciadas por los madereros ilegales, que suelen provocar incendios para abrirse paso a través de ellas. Según testimonios locales citados por activistas de la ONG Survival International, que apoya a los pueblos indígenas de todo el mundo, “los madereros que han provocado los incendios están fuertemente armados y evitan que los bomberos accedan al área”.
Un reciente vídeo muestra a indígenas no contactados en una zona ahora arrasada
Por si la pérdida de sus tierras y el peligro de contraer enfermedades portadas por los intrusos para las que carecen de defensas (como la gripe o el sarampión) no fueran suficientes, los últimos cazadores-recolectores ajenos al mundo exterior tienen que hacer frente a pavorosos incendios provocados por intereses económicos que desean explotar su territorio ancestral. En algunos casos, incluso, son asesinados a tiros cuando presentan resistencia a los colonizadores.
A finales del pasado mes, la organización indigenista brasileña Mídia Índia, que se dedica a producir material audiovisual, difundió unas impactantes imágenes de dos de los últimos awá no contactados (la mayoría de los miembros de esta étnia ya mantienen relación con los foráneos) mientras cazaban en una zona ahora afectada por el fuego. Las mismas demostraban por tanto su existencia, aunque nadie puede asegurar en estos momentos que los cazadores sigan con vida.
Las imágenes fueron grabadas por miembros de la vecina tribu guajajara, que desde hace años están intentando preservar, mediante un constante patrullaje y vigilancia, los bosques lluviosos donde viven los cazadores-recolectores, a costa de sufrir amenazas de madereros o ganaderos, a los que expulsan cuando los detectan, y alguna pérdida de vidas humanas. Ahora, parte de esa selva ha sido pasto de las llamas.
Guardianes asesinados
“Nosotros, los Guardianes del Amazonas, estamos defendiendo los derechos de nuestro pueblo, defendiendo a los indios no contactados y defendiendo la naturaleza para todos nosotros. Tres de nuestros guardianes han sido asesinados. Necesitamos que la tierra esté protegida para siempre", afirmó Olimpio Guajajara, coordinador de esta organización de defensa ambiental y tribal que ha combatido en el pasado otros incendios provocados de menor magnitud que los actuales.
Erisvan Guajajara, de Mídia Índia, admitió que “no teníamos permiso de los awá para filmar, pero sabemos que es importante usar estas imágenes porque, si no las mostramos en todo el mundo, los madereros matarán a los awá. Necesitamos demostrar que los awá existen y que sus vidas están en riesgo. Estamos usando estas imágenes como un grito de ayuda y estamos pidiendo al gobierno que proteja la vida de nuestros parientes que no quieren tener contacto con extraños".
Por su parte, los Uru Eu Wau Wau, cuyas tierras en el estado de Rôndonia han sido invadidas desde hace años por ganaderos y ahora también arden, son conocidos como las personas águila arpía, ya que usan las enormes plumas de este pájaro para decorar sus flechas de caza y tocados, y la mayoría ya asimilada llama a sus vecinos no contactados jururei, que significa "valientes".
Madereros, mineros y terratenientes son apoyados por más de 200 diputados
Al menos tres grupos no contactados de esta etnia viven en una selva que en parte es parque nacional y pese a ello está siendo invadida por los terratenientes. Survival señala que “las fotos aéreas muestran grandes áreas del territorio de la tribu siendo incendiadas por los colonos que limpian la tierra”. Además de varios pueblos tribales, la región también alberga pinos amazónicos únicos y especies de animales en peligro de extinción, como la zarigüeya de hombro negro, el armadillo gigante y la rara ave gallinácea llamada pavón pico de ají, que dependen de estos entornos para su supervivencia.
Los Uru Eu Wau Wau fueron contactados por primera vez por agentes del gobierno brasileño en 1981. La política oficial en ese momento era contactar por la fuerza a pueblos tribales no contactados, lo que los expuso peligrosamente a enfermedades infecciosas. Los derechos territoriales de la tribu fueron reconocidos oficialmente en 1991, pero es evidente que los mismos están escritos sobre papel mojado.
Muchos otros pueblos amazónicos están sufriendo la plaga de los incendios provocados por quienes ansían las riquezas de sus bosques. La Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña (COIAB) afirma que “también hay pueblos aislados en el estado de Mato Grosso, muchos de ellos aún no han tenido su presencia reconocida por el estado brasileño, y ahora pueden estar huyendo de la deforestación y los incendios”.
“La acción depredadora de los madereros, mineros, buscadores de oro y terratenientes del agronegocio, que poseen un poderoso lobby en el Congreso nacional con más de 200 diputados bajo su influencia, así como los proyectos relacionados con grandes iniciativas como las hidroeléctricas, son amenazas que se han agravado terriblemente bajo el Gobierno antindígena de Jair Bolsonaro, quien normaliza, incita y empodera la violencia contra el medioambiente y contra nosotros, los pueblos indígenas y nuestros territorios”, afirma la líder indígena Sonia Guajajara.
“Voy a resistir hasta mi última gota de sangre… Esto es una plaga. Están viendo las vidas de estos árboles desperdiciadas. Todos esos árboles tenían vida. Necesitaban vivir, cada uno en su lugar. Ustedes pueden ver el daño. El objetivo del hombre blanco es acabar con esto [el bosque]”, expresaba a los periodistas Raimundo Mura, líder del pueblo indígena mura.
Segun el director general de Survival, “estos incendios ahora no son solo una catástrofe ambiental, sino que también son potencialmente genocidas. Al alentar a los invasores de tierras y ganaderos que provocaron estos incendios, el presidente Bolsonaro está firmando una orden de muerte para las tribus no contactadas cuyo hogar se incendia. Si su bosque es destruido, simplemente no sobrevivirán".
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