El Gobierno de Botsuana ha confirmado este jueves la muerte de más de 270 elefantes por causas desconocidas en el delta de Okavango, en medio de las investigaciones para esclarecer lo sucedido y después de que las autoridades descartaran que se tratara de casos de caza furtiva.
El Ministerio de Medio Ambiente, Recursos Naturales, Conservación y Turismo ha indicado en un comunicado que hasta el momento se han identificado 275 cadáveres, si bien ha reconocido que hay informaciones que apuntan a la muerte de 356 animales.
"Las investigaciones en torno a las muertes no explicadas de elefantes siguen en marcha", ha indicado, al tiempo que ha agregado que se han enviado muestras a laboratorios en Canadá, Sudáfrica y Zimbabue, según ha recogido el diario 'The Gazette'.
Asimismo, ha resaltado que "los colmillos están siendo retirados a los elefantes muertos y los cadáveres que se encuentran en los alrededores de asentamientos siguen siendo destruidos", antes de reiterar que las investigaciones "no han revelado pruebas de caza furtiva".
Una muerte rápida y repentina
Por su parte, la organización Elephants Without Borders ha revelado en un informe entregado al Gobierno que "muchos cadáveres estaban cerca de pozos naturales". "Los cadáveres han sido hallados en caminos y han muerto en decúbito esternal, lo que sugiere una muerte rápida y repentina", ha añadido.
La organización ha manifestado que sus intentos para trabajar con las autoridades han sido rechazados y ha reiterado sus "numerosos esfuerzos" para hacer frente a la situación, tal y como ha recogido la agencia de noticias Bloomberg. "Se necesitan acciones rápidas para evitar un posible fiasco a nivel de relaciones públicas", ha argüido.
A pesar de que las autoridades sospecharon en un primer momento que los paquidermos habían muerto a causa del ántrax, Dimakatso Ntsebe, miembro del Departamento de Fauna Salvaje y Parques Naturales, subrayó a mediados de junio que "los resultados de laboratorio no han confirmado nada".
Botsuana, que cuenta con una población de cerca de 130.000 elefantes, tiene una buena reputación en cuanto a tareas de conservación, si bien el presidente, Mokgweetsi Masisi, fue objeto de críticas en 2018 por retirar una prohibición a la caza que databa de cuatro años antes.
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