Buscar alimento por la noche puede ser complicado. Para encontrar presas en la oscuridad, los murciélagos usan la ecolocación, su "sexto sentido". Pero para encontrar comida más rápido, algunas especies, como el Molossus molossus, pueden buscar dentro de la distancia auditiva de los miembros de su grupo de ecolocación, compartiendo información sobre dónde se encuentran los parches de alimento. La información social codificada en sus llamados de ecolocalización puede facilitar esta estrategia de búsqueda de alimento, según un estudio reciente publicado en línea en Behavioral Ecology, realizado por científicas del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) e instituciones colaboradoras.
Investigaciones anteriores han identificado varias formas en que la ecolocalización puede transferir información social entre los murciélagos. Por ejemplo, los "zumbidos de alimentación", los llamados de ecolocalización que los murciélagos producen al detectar la presas que van a cazar, puede servir como señales de presencia de presas para otros murciélagos espías cercanos. Por otro lado, no se sabía que los llamados de ecolocalización que los murciélagos producen mientras buscan comida, conocidos como llamados de "fase de búsqueda", transfieren información social.
Sin embargo, para los murciélagos que se alimentan en grupo, coordinar el vuelo en la oscuridad con varios otros individuos que vuelan igual de rápido puede requerir la capacidad de identificar a los miembros del grupo durante el vuelo. Si los llamados de la fase de búsqueda contienen firmas individuales que los murciélagos pueden percibir, podría permitirles saber qué individuos vuelan cerca de ellos sin requerir señales especializadas para su comunicación.
Estrategias sociales
Dirigido por Jenna Kohles, becaria de STRI y candidata al doctorado en el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal en Alemania, el equipo de investigación probó si los llamados de ecolocación en la fase de búsqueda contienen información sobre la identidad de un murciélago y si el M. molossus puede usar esta información para discriminar entre diferentes miembros del grupo. El equipo expuso a los murciélagos a llamados de ecolocación en la fase de búsqueda en un paradigma de habituación-deshabilitación, un método en el que un animal está expuesto a un estímulo repetitivo hasta que ya no reaccione a éste. Luego, se expone a un estímulo nuevo pero similar para ver si reacciona, lo que indicaría que percibe una diferencia entre los dos estímulos.
"Tocamos llamados de ecolocalización de dos murciélagos distintos que eran miembros del grupo del murciélago sujeto", comentó Kohles. "Al medir las respuestas de los murciélagos sujetos al cambiar entre llamados de diferentes individuos, podríamos saber si los murciélagos perciben diferencias y similitudes entre los llamados".
Descubrieron que los murciélagos realmente distinguen entre diferentes miembros del grupo, probablemente mediante el uso de firmas individuales codificadas en los llamados. Sus resultados podrían significar que los llamados de fase de búsqueda cumplen una doble función. No solo ayudan a los murciélagos a detectar presas, sino que también transmiten identidades individuales a los miembros cercanos del grupo de alimentación. Esto coincide con el hecho de que la mayoría de la corteza auditiva de M. molossus está sintonizada con estos llamados de fase de búsqueda, lo que indica la importancia de procesarlas.
Este hallazgo ofrece información no solo sobre las estrategias sociales que estos murciélagos pueden usar para satisfacer sus necesidades energéticas, sino también sobre la evolución de las señales de ecolocalización y la comunicación social en los murciélagos.
"Este estudio sugiere que podemos estar subestimando las formas cruciales en que la información social influye en el éxito de la búsqueda entre los murciélagos y, en última instancia, en la supervivencia", comentó Kohles.
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