Ecologistas en Acción ha criticado que los nuevos planes hidrológicos del Guadiana y el Tajo no frenan el "derroche" de agua para regadío, ni toman "medidas serias" contra la contaminación del agua.
Propuestas y críticas
La organización ecologista ha destacado en nota de prensa que recientemente se han presentado públicamente los borradores de los planes hidrológicos de ambos ríos, que estarán vigentes hasta 2027 y a los que Ecologistas en Acción ha presentado propuestas y críticas.
En su opinión, estos dos planes, elaborados por sus respectivas confederaciones hidrográficas, todavía "siguen en buena medida las políticas desarrollistas basadas en el hormigón", la construcción de nuevos grandes embalses y el aumento de regadíos en el actual contexto de cambio climático.
Acaparamiento de agua
Esto se refleja en el "abuso" de acaparamiento de agua que se contempla para regadío, al tiempo que ha añadido que los planes señalan que en las previsiones y escenarios solo se trata la no concesión de nuevos regadíos, "obviando" que lo que ha llevado hasta aquí han sido "las concesiones ya existentes".
Reducción del 25% de la demanda de agua
Así, en el Plan, que finalizaba en 2021, Ecologistas en Acción propuso una reducción del 25 por ciento de la demanda de agua para este objetivo y a día de hoy mantiene que ese decrecimiento debe ser el mínimo que se planifique de cara a 2027.
Por otra parte, ha apuntado que es necesaria una moratoria a la concesión de nuevos regadíos y la revisión a la baja de todos los existentes, los cuales ha considerado "responsables en buena medida de la mala situación" en que se encuentran los ríos y acuíferos.
Asimismo, la organización ecologista ha pedido medidas para contabilizar aisladamente la actividad agroganadera de las cuencas de las que está conectada a las redes de abastecimiento municipal.
"Pertinaz expolio" de una reserva "exhausta"
La situación actual es, según Ecologistas en Acción Extremadura, de "pertinaz expolio" de una reserva "exhausta" que, "no sólo repercute en la cantidad de agua, sino en la calidad, por la contaminación inducida por los mismos factores y agentes que esquilman el agua en la región".
Costes muy superiores al beneficio obtenido
Por ello, ha aseverado que la conclusión es que se está "dilapidando un recurso imprescindible", que la ganancia es "pírrica y que los costes son muy superiores al beneficio obtenido". En ese sentido, ha apuntado que a día de hoy "no existen excedentes, se agotan los recursos y las concesiones decaen".
Por otra parte, Ecologistas en Acción ha añadido que la comarca de Tierra de Barros presenta una "preocupante situación" debido a que los cauces de sus arroyos y ríos han sido "despojados de la vegetación de ribera, son arados hasta el mismo borde de los cursos de agua, haciendo desaparecer los pequeños arroyos por estas labores".
Multiplicado los efectos de los episodios de inundaciones
Esta situación, en su opinión, ha "multiplicado" los efectos de los episodios de inundaciones en los últimos años y ha considerado que en este plan hidrológico se debe contemplar la elaboración de un Plan Especial para la Comarca de Tierra de Barros en el que se estudie la restauración hidrológico-forestal de todos sus cauces.
Por ello, con el fin de contribuir a evitar desbordamientos y arrastres asociados, Ecologistas en Acción ha considerado que es "imprescindible renaturalizar" los tramos urbanos de ríos y arroyos de esta cuenca, que actualmente presentan el aspecto de "meras acequias hormigonadas".
Así, ha señalado como urgentes los casos de los ríos Rivilla y Calamón en Badajoz, el río Albarregas en Mérida y los arroyos Chico y de Bonhabal, en Villafranca de los Barros.
Caudales ecológicos y escasez de lluvias
Ecologistas en Acción cree que aunque en el Plan Hidrológico del Tajo se ha avanzado, incrementando ligeramente el caudal mínimo en zonas protegidas, este aumento es "insuficiente".
Así, ha hecho notar que tampoco se han considerado de forma especial las reservas naturales fluviales que deberían incorporar un caudal ecológico mínimo del 90 por ciento de su caudal en régimen natural y ha apuntado que "es imprescindible" articular mecanismos que eviten la presión a la que se está sometiendo a las cuencas, debido al incremento de la superficie de regadío y "que aún será mayor con la puesta en marcha de los planes de regadío de Tierra de Barros y de Monterrubio de la Serena".
Especies invasoras
Por otra parte, Ecologistas en Acción cree que habría que interconectar las mancomunidades situadas al sur y sureste de la provincia de Badajoz con otras mancomunidades que dispongan de más capacidad de almacenamiento de agua, de forma que se pueda asegurar el abastecimiento para consumo de boca en zonas de escasez de lluvia.
En particular, según ha afirmado, es "urgente" la conexión de la Mancomunidad de Tentudía y Valencia del Ventoso con el sistema de almacenamiento del Matachel-Alange.
También ha apuntado que hace falta una "mayor implicación y voluntad" de la Confederación Hidrográfica del Guadiana en la erradicación de especies invasoras piscícolas en los cauces y masas de agua y ha recordado que después de 17 años no se ha eliminado el camalote, ni logrado su control.
Contaminación de las aguas
Por otra parte, en opinión de Ecologistas en Acción, la gestión de las aguas residuales en el tramo medio del río Guadiana, que es el que más afecta a Extremadura, es "muy deficiente", con "numerosas poblaciones en las que no existen depuradoras eficientes, están paralizadas o la depuración es insuficiente".
Respecto a la contaminación difusa, Ecologistas cree que este plan también debe prestar una "mayor atención" al control y mitigación de la contaminación procedente de la actividad agrícola, teniendo en cuenta que en zonas como las Vegas Altas y Bajas se recibe una "altísima carga" de fertilizantes y fitosanitarios, a lo que ha sumado el "continuo incremento de las explotaciones ganaderas, especialmente de tipo intensivo", macrogranjas.
Igualmente, ha apuntado que una medida "efectiva e inmediata" para amortiguar los impactos agroindustriales sería la recuperación de los márgenes fluviales y los bosques de galería asociados a ellos.
En el caso del Tajo, ha destacado también los vertidos de origen urbano, sobre todo los procedentes de vertederos, que afectan hasta a un 96 por ciento de las aguas de carácter subterráneo.
Aguas residuales
La información aportada en estos planes, ha apuntado, es "insuficiente" para valorar si el programa podrá garantizar que el agua tenga un buen estado en 2027, por lo que ha considerado que es "imprescindible" reincorporar la información sobre la evolución histórica de las masas de agua subterráneas, que sirva como contexto para comparar con la situación actual.
En cuanto al Tajo, la organización también cree que habría que tomar medidas que tiendan a mejorar el sistema de depuración de aguas residuales, especialmente las de carácter urbano, y tomar medidas especiales para mejorar la calidad del agua a su paso por el Embalse de Valdecañas y el Parque Nacional de Monfragüe.
Superación de umbrales de plaguicidas y sustancias peligrosas
El estudio realizado por Ecologistas en Acción sobre la superación de umbrales de plaguicidas y sustancias peligrosas señala que la situación en la demarcación del Tajo es "preocupante" y se han detectado niveles "muy superiores" a los establecidos por la normativa de calidad ambiental (NCA) de plaguicidas peligrosos como es el glifosato (superando en 243 veces el umbral establecido por la NCA) y también de sustancias prioritarias como el níquel (supera 472 veces el umbral).
A este respecto, Ecologistas en Acción propone que se realicen analíticas de los plaguicidas y otros contaminantes y que se analicen sustancias químicas contaminantes de las aguas subterráneas. Con respecto a la evaluación del Buen Estado Químico generalizado, cabe señalar que la "inexistencia" de los datos requeridos demuestra la "poca fiabilidad de las evaluaciones".
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