Reintroducir grandes depredadores como el lince ibérico limita la dispersión de semillas por otros carnívoros. Esta es una de las conclusiones de un trabajo publicado en 'Journal of Animal Ecology', que muestra que la reintroducción de superdepredadores en un ecosistema puede llevar a otros carnívoros de menor tamaño a modificar su comportamiento alimenticio, con importantes repercusiones en la dispersión de semillas.
Liderado por la Universidad Rey Juan Carlos, participan en el estudio el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, UV/CSIC/GVA), la Estación Biológica de Doñana (EDB-CSIC) y la Universidad Autónoma de Madrid.
Agentes dispersores de semillas
Muchos mamíferos carnívoros juegan un papel clave en el funcionamiento de los ecosistemas como agentes dispersores de semillas, consumiendo una gran cantidad y variedad de frutos carnosos debido a su dieta generalista y oportunista. Sin embargo, los grandes carnívoros han sido extirpados de muchos ecosistemas en todo el mundo como consecuencia de la persecución humana o la pérdida de sus hábitats y recursos alimentarios.
Los procesos de renaturalización ('rewilding' en inglés) permiten que estos grandes carnívoros, como el lince ibérico, recuperen sus áreas de distribución históricas. Los superdepredadores están en la cima de las cadenas tróficas y pueden producir los llamados 'efectos en cascada', provocando alteraciones en la abundancia y comportamiento de las especies que están en niveles tróficos inferiores, influyendo críticamente sobre las funciones y estructura de los ecosistemas, lo que se conoce como una 'cascada trófica'.
Carnívoros frugívoros (zorros, tejones, garduñas)
Para la investigación se usaron cámaras con detectores de movimiento que permiten la vigilancia del entorno desde un punto de instalación fijo. Gracias a estos dispositivos se pudo comparar el comportamiento de alimentación sobre frutos de piruétano -el comúnmente llamado 'peral ibérico'-, árbol de frutos carnosos cuyas semillas son dispersadas principalmente por carnívoros frugívoros (zorros, tejones, garduñas) entre individuos que coexisten con el lince ibérico y aquellos que habitan fuera del área de distribución del lince en el parque natural andaluz.
Este espacio protegido es el hogar de una de las mayores poblaciones de lince ibérico en el mundo, y fue el último refugio, junto a Doñana, para la especie cuando estuvo al borde de la extinción.
El estudio muestra que el 70% y el 100% de las visitas de zorros y garduñas, respectivamente, ocurrieron en piruétanos localizados fuera de territorios de lince. Los zorros y garduñas pueden ser fácilmente depredados por un competidor de mayor tamaño, y el riesgo de depredación percibido dentro de los territorios de lince podría llevarlos a usar más intensamente zonas periféricas para evitar encuentros conflictivos con el lince.
38% menos de frutos dentro de los territorios de lince
El zorro rojo fue el carnívoro que consumió más frutos de piruétano, pero ingirió un 38% menos de frutos dentro de los territorios de lince en comparación con otros zorros en zonas sin lince. Los que coexistieron con los linces fueron frugívoros menos eficientes, consumiendo menos frutos y haciendo visitas más cortas a los piruétanos, ambos comportamientos típicamente vinculados a una respuesta anti-depredatoria. El tejón, sin embargo, no pareció mostrar sensibilidad a la presencia de lince, probablemente debido a su mayor tamaño y corpulencia.
El zorro es el principal dispersor de semillas
"El tejón podría equilibrar la pérdida de semillas dispersadas por los zorros dentro de los territorios de linces en zonas donde las poblaciones de tejones tengan altas densidades, como ocurre en algunas zonas de Doñana, donde el piruétano es principalmente dispersado por tejones", según Jose Fedriani, uno de los autores de este estudio e investigador del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA).
Los carnívoros no fueron los únicos frugívoros que consumieron frutos de piruétano. Sin embargo, la mayoría del resto de animales involucrados, como los ciervos, fueron dispersores de semillas de muy baja calidad. Por tanto, el zorro es el principal dispersor de semillas para el piruétano en la zona de estudio y la falta de este dispersor podría alterar la demografía y la estructura espacial de este escaso árbol de frutos carnoso.
"Aunque hemos evaluado estas alteraciones sobre el comportamiento de frugivoría en una escala local, animamos a los programas de reintroducción a considerar las cascadas tróficas como un mecanismo poderoso, que puede alterar funciones clave del ecosistema de distintas formas", concluye, por su parte, Tamara Burgos, investigadora de la Universidad Rey Juan Carlos y autora principal del artículo.