Las mezclas de aditivos alimentarios son un elemento cotidiano de nuestra dieta, especialmente a través de los alimentos ultraprocesados, y dos de ellas pueden estar asociadas a un ligero aumento del riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2.
Hasta ahora, las evaluaciones de seguridad de los aditivos se han estado haciendo sustancia por sustancia, pero ahora un equipo de investigadores franceses ha estudiado los efectos de cinco de esas mezclas
Una de esas mezclas suele estar presente en caldos, postres lácteos, grasas y salsas; la otra es característica de bebidas endulzadas artificialmente y los refrescos, señala un estudio que publica Plos One (1).
Las evaluaciones de seguridad de los aditivos se han estado haciendo sustancia por sustancia, debido a la falta de datos sobre el resultado de su ingestión conjunta, pero ahora un equipo de investigadores franceses ha estudiado los efectos de cinco de esas mezclas.
Conservantes, colorantes, potenciadores del sabor
Los alimentos ultraprocesados suelen contener mezclas de aditivos alimentarios, cada uno con sus propiedades específicas, entre ellas conservantes, potenciadores del sabor, colorantes o agentes de textura.
Se analizaron los datos sanitarios de más de 100 000 adultos durante 7 años
El estudio encabezado por la Universidad de la Soborna de París analizó no solo la presencia de cinco mezclas en un determinado ultraprocesado sino también entre aquellos que se suelen consumir juntos.
Al tratarse de un estudio observacional, este no basta por sí solo para establecer una relación causal entre el consumo de esas dos mezclas de aditivos y el mayor riesgo de diabetes, recuerdan los investigadores/as, aunque destacan que sus resultados “coinciden con recientes trabajos experimentales in vitro que sugieren posibles efectos cóctel”.
Para el estudio se analizaron los datos sanitarios de 108 643 adultos de la cohorte francesa NutriNet-Santé durante un periodo medio de seguimiento de 7,7 años y los alimentos que consumían.
Cinco mezclas principales
Las/ios investigadoras/es habían identificado ya cinco mezclas principales de aditivos, que representaban grupos de sustancias ingeridas juntas con frecuencia, debido a su presencia conjunta en productos procesados industrialmente o como resultado de la ingestión conjunta de alimentos consumidos a menudo juntos.
De las cinco muestras solo dos se asociaron a una mayor incidencia de diabetes de tipo 2, independientemente de la calidad nutricional de la dieta y de los factores sociodemográficos y de estilo de vida.
Las mezclas se asociaron con mayor incidencia de diabetes tipo 2 independientemente de otros factores del estilo de vida
La primera mezcla estaba compuesta principalmente por varios emulgentes (almidones modificados, pectina, goma guar, carragenanos, polifosfatos, goma xantana); un conservante (sorbato potásico) y un colorante (curcumina).
Estos aditivos suelen encontrarse en diversos alimentos ultraprocesados, como caldos, postres lácteos, grasas y salsas, señaló el francés Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (Inserm), una de las instituciones que participó en el estudio.
La otra mezcla, compuesta principalmente por aditivos presentes en bebidas y refrescos endulzados artificialmente, tenía entre otras sustancias acidulantes y reguladores de la acidez, colorantes como caramelo de sulfito amónico; edulcorantes como acesulfamo-K o aspartamo; emulgentes (goma arábiga, pectina, goma guar) y un agente de recubrimiento (cera de carnauba).
Interacciones entre aditivos
El estudio detectó interacciones entre los aditivos de estas mezclas, lo que sugiere que algunos podrían reaccionar entre sí, potenciando sus efectos o atenuándolos.
Se necesitan más estudios para dilucidar cómo interaccionan los aditivos de las mezclas
Los resultados sugieren que varios aditivos “emblemáticos presentes en muchos productos se consumen a menudo juntos y que determinadas mezclas se asocian a un mayor riesgo de padecer” diabetes tipo II, explicó Marie Payen de la Garanderie, del Inserm y primera firmante del estudio.
La investigadora consideró que son necesarios más estudios para “dilucidar los mecanismos subyacentes y profundizar en el conocimiento de las posibles sinergias y antagonismos entre estas sustancias”.
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