La Comisión Europea ha instado a los Estados miembros a secundar su propuesta de limitar el uso del pesticida sulfoxaflor en los invernaderos, una iniciativa con la que pretende proteger a las abejas del efecto negativo que esta sustancia puede tener sobre ellas.

 

Proteger los polinizadores y la biodiversidad

 

"Espero que los Estados miembros apoyen esta propuesta", ha dicho la comisaría de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, en un comunicado, quien ha apuntado que buscará de nuevo el apoyo de los países de la UE tras no lograr una mayoría suficiente en una reunión técnica previa.

La propuesta del Ejecutivo comunitario, que lleva un año en negociaciones con los Estados miembros, se presentó ante el Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos, que reúne a los 27 a nivel de expertos, pero no lograron la mayoría cualificada necesaria para sacarla adelante.

 

Biopesticidas

 

"Los hallazgos científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria muestran que el uso sulfoxaflor puede ser dañino para los abejorros y las abejas. Es nuestra responsabilidad, y de suma importancia, proteger a nuestros polinizadores y nuestra biodiversidad para las generaciones presentes y futuras", ha agregado Kyriakides.

Por otro lado, la Comisión ha lanzado una iniciativa para impulsar la adopción de biopesticidas en sustitución de los pesticidas químicos en toda la UE, tras la reciente aprobación de una regulación que permite utilizar microorganismos como sustancia activa para proteger a las plantas, que se prevé que entre en vigor en noviembre.

 

La estrategia de la Granja a la Mesa

 

"Los pesticidas biológicos pueden proteger los campos con menos riesgos para la salud humana y el medio ambiente", ha enfatizado Kyriakides en un comunicado en el que, además, señala que como parte de la estrategia de la Granja a la Mesa, la UE se ha comprometido a reducir un 50% el uso de pesticidas químicos en 2030.

Una vez que la nueva regulación entre en vigor, la autorización de productos biológicos para la protección de las plantas será más rápida, sin embargo, la nueva normativa someterá las propiedades biológicas y ecológicas de los microorganismos a análisis científico para demostrar que son seguros antes de recibir luz verde para su uso como sustancias activas en los productos fitosanitarios.