El Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal 2024 se conmemora el 12 de diciembre para destacar la importancia de la cobertura sanitaria universal como un objetivo clave para asegurar que todas las personas tengan acceso a servicios de salud. El lema de este año 2024 es La Salud: invita el gobierno.
El 12 de diciembre se celebra el Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal para reivindicar la importancia de que todas las personas, en cualquier lugar del mundo y de cualquier nivel económico, puedan tener acceso a servicios de salud de calidad y asequibles.
El lema de este año 2024 es La Salud: invita el gobierno, poniendo de manifiesto que invertir en la cobertura sanitaria universal (CSU) no solo promueve la equidad y la cohesión social, sino que también impulsa la economía nacional. Mejorar la salud y el bienestar de la población incrementa la participación laboral y la productividad, además de fortalecer la resiliencia de individuos, familias y comunidades.
A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años, 4.500 millones de personas siguen sin acceso a servicios sanitarios esenciales. Es imperativo un cambio y por eso el lema de este año hace un llamado a los gobiernos para que inviertan en salud para todos y protejan especialmente a los más vulnerables de los gastos sanitarios empobrecedores.
Antecedentes del día internacional de la CSU
Los antecedentes de este día se remontan a diciembre de 2012, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución en la que instaba a los países a acelerar los progresos hacia la consecución de la Cobertura Sanitaria Universal. Posteriormente La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada en 2015, estableció el objetivo de lograr la CSU para 2030, reconociendo la importancia de garantizar el acceso a servicios de salud de calidad y protección contra riesgos financieros.
En 2017, se aprobó una resolución para celebrar una reunión de alto nivel sobre CSU en 2019 que resultó en la adopción de la Declaración política (A/RES/74/2), donde los estados miembros se comprometen a aumentar la conciencia global y la solidaridad para lograr la CSU.
El 12 de diciembre de 2017, en virtud de la resolución 72/138, las Naciones Unidas proclamaron el 12 de diciembre como Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal (Día de la CSU). La Declaración reconoce la salud como un requisito y un indicador del desarrollo sostenible, reafirmando el compromiso de alcanzar la CSU para 2030.
Casi la mitad de la población no tiene acceso a servicios de salud esenciales
La cobertura sanitaria universal, entendida como el acceso que deberían tener todas las personas a servicios de salud esenciales cuando y donde lo requieran, sin que les genere dificultades económicas está muy lejos de ser una realidad. Para darnos una idea del grave problema mundial que esto supone, basta con echar un vistazo a las dramáticas cifras. Cerca de la mitad de la población mundial está privada de servicios de salud esenciales, según los datos que manejan el Banco Mundial y la OMS.
Igualmente hay un gran número de familias que se ven sumidas en la pobreza porque no pueden hacer frente a los gastos de atención sanitaria que requieren. En las últimas dos décadas, la protección financiera en salud ha empeorado y se estima que 2.000 millones de personas se enfrentan a dificultades económicas debido a gastos sanitarios directos, incluidos 344 millones de personas que viven en la pobreza extrema.
Alrededor de 800 millones de personas dedican al menos un 10 % del presupuesto familiar a sufragar los gastos de salud de sus familiares, ya sean padres, hijos u otros parientes enfermos. Para casi 100 millones de personas, estos gastos son lo bastante elevados como para abocarlas a la extrema pobreza, forzándolas a sobrevivir con apenas con 2 dólares, o incluso menos, al día.
La COVID 19 puso aún más de manifiesto la importancia y la urgencia de los sistemas sanitarios de calidad y de la cobertura universal. En consecuencia, más dirigentes y ciudadanos en todo el mundo prestan atención a este tema y reclaman mejoras.
Importancia de la cobertura sanitaria global
La cobertura sanitaria mundial es de vital importancia por varias razones. Garantiza que todas las personas tengan acceso a servicios de salud esenciales, previene la pobreza relacionada con gastos médicos, contribuye a la prevención de epidemias, impulsa el desarrollo económico al fomentar la productividad, promueve la equidad y la justicia social y fortalece la resiliencia de los sistemas de salud frente a crisis y emergencias.
Además, la falta de personal sanitario capacitado y la infraestructura inadecuada limitan la capacidad de los sistemas de salud para atender a toda la población. La gestión eficiente de los recursos y la corrupción son otros obstáculos que deben superarse para lograr una CSU efectiva.
Construir sistemas de atención médica equitativos y resilientes es una inversión en el futuro y un medio para crear sociedades justas e inclusivas. Ahora es el momento de crear un mundo donde la cobertura sanitaria universal llegue a todos, en todas partes, independientemente de las circunstancias financieras. La salud es un derecho humano fundamental y un requisito previo para ejercer todos los demás derechos humanos.
La cobertura sanitaria universal basada en la atención primaria de salud es clave para erradicar la pobreza, construir sociedades pacíficas y resilientes, y avanzar en todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La falta de acceso a servicios de salud asequibles y de calidad puede sumir a personas, comunidades y naciones en la pobreza o empeorar su situación.
En resumen, la cobertura sanitaria global no solo beneficia la salud individual, sino que también es esencial para el bienestar global, la justicia social y el desarrollo sostenible.
Compromiso global hacia la Cobertura Sanitaria Universal
Después de la Reunión de Alto Nivel de la ONU sobre Cobertura Sanitaria Universal en 2019, los compromisos de los países con la CSU (anuales) casi se duplicaron entre 2019 y 2021. Sin embargo, en 2022, esta tendencia positiva se estancó e incluso se revirtió en algunos países. A pesar de que la mayoría de los países reconocen la CSU como un objetivo, reflejado en leyes y planes nacionales, hay una falta de medidas operativas concretas y de financiamiento público insuficiente para la salud, lo que desvía aún más los objetivos de CSU para 2030.
Los compromisos de los países no abordan las tres dimensiones de la CSU: la cobertura de servicios, la cobertura de población y la protección financiera. La mayoría de los compromisos se centran en la cobertura de servicios (44 %) y la cobertura de población (43 %), y en promedio, hay una falta de compromisos y objetivos claros en cuanto a la dimensión de protección financiera (13 %).
Hay una sistemática subinversión en la reducción de barreras financieras para la atención médica. Los países siguen dependiendo de programas e intervenciones fragmentados específicos para enfermedades y servicios en lugar de operacionalizar compromisos integrales de CSU.
El 21 de septiembre de 2023 se celebró una reunión de alto nivel de la ONU sobre Cobertura Sanitaria Universal instando a los líderes mundiales a acelerar el progreso y retomar los compromisos hechos en 2019 en ocho áreas clave. Aunque la mayoría de los países reconocen la CSU como un objetivo, hay una falta de medidas operativas concretas para lograrla. Las personas y grupos vulnerables continúan enfrentando barreras financieras para acceder a los servicios de salud y productos que necesitan.
Más de la mitad de los países han adoptado legislación para garantizar el acceso equitativo a servicios de salud de calidad y asequibles, y proteger contra dificultades financieras mediante una ley de CSU.
Sin embargo, la discriminación contra los pacientes y la limitada calidad de los servicios de salud siguen siendo un desafío para mantener la dignidad, privacidad y confidencialidad. Aunque hubo aumentos en el gasto total en salud en 2020 debido a la respuesta a la COVID-19, los compromisos de inversión y el gasto público en salud son insuficientes para lograr la CSU. Además, pocos países cuentan con mecanismos de rendición de cuentas formales y efectivos para la CSU, y la participación de actores no estatales sigue siendo limitada.
A pesar de que las mujeres constituyen la mayoría de la fuerza laboral en salud, falta compromiso para aumentar su representación en el liderazgo en salud y político. La pandemia exacerbó las desigualdades y perturbó la provisión de servicios de salud esenciales, destacando la necesidad de preparación para emergencias y la construcción de sistemas de salud más resilientes.
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