En un histórico avance en la legislación de salud laboral, Francia ha tomado medidas para reconocer formalmente las patologías relacionadas con la inhalación de polvo de amianto como enfermedades profesionales. Esta decisión, anunciada el domingo 15 de octubre en el Diario Oficial, se espera que brinde a los afectados "mejores posibilidades de compensación y apoyo". Cánceres de laringe y ovario, vinculados directamente a la inhalación de polvo de amianto, ahora son considerados enfermedades ocupacionales, marcando un importante hito en la protección de los derechos de los trabajadores.
La importancia de esta medida radica en el hecho de que aquellos trabajadores que han estado expuestos al amianto en su entorno laboral podrán solicitar una indemnización y obtener el reconocimiento de su enfermedad como originada por su actividad profesional. El texto oficial establece que los trabajadores elegibles pueden ponerse en contacto con su caja de seguro primario de enfermedad para iniciar el proceso de solicitud.
En septiembre de 2022, una encuesta realizada por la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria, Ambiental y de Salud Ocupacional (ANSES) arrojó luz sobre el subregistro y subreconocimiento de los cánceres de laringe y ovario relacionados con la exposición ocupacional al amianto. Esto enfatiza la importancia de esta nueva legislación, ya que muchos trabajadores afectados por estas enfermedades no habían recibido la atención y la compensación que merecían.
El amianto, utilizado durante gran parte del siglo XX
El amianto, una vez ampliamente utilizado en la construcción de edificios durante gran parte del siglo XX, ha sido prohibido en numerosos países, incluyendo Francia, debido a sus graves riesgos para la salud. La relación entre la inhalación de amianto y el cáncer de laringe y ovario había sido previamente establecida por varias organizaciones de salud. Además, el amianto sigue siendo la segunda causa más común de enfermedades profesionales y la principal causa de cánceres ocupacionales.
Las estadísticas alarmantes revelan que, en Francia, se espera que la inhalación de amianto, que fue prohibida en 1997, cause entre 68.000 y 100.000 muertes por cáncer respiratorio entre 2009 y 2050. La situación no es única de Francia, ya que en toda la Unión Europea, las fibras de amianto siguen presentes en millones de edificios e infraestructuras, contribuyendo a la muerte de alrededor de 70.000 personas al año en toda Europa.
El reconocimiento formal de estos cánceres como enfermedades profesionales es un paso crucial para garantizar la protección y el apoyo adecuados para los trabajadores que han sufrido los efectos perjudiciales del amianto en su lugar de trabajo. Además, se espera que esta medida tenga un impacto significativo en la concienciación pública sobre los peligros del amianto y en la promoción de prácticas laborales más seguras y responsables.
Si bien esta decisión representa un avance importante en la lucha contra los efectos dañinos del amianto en la salud de los trabajadores, también sirve como recordatorio de la importancia de una regulación estricta y de la necesidad de tomar medidas preventivas para proteger a los empleados de la exposición a sustancias peligrosas en el lugar de trabajo. La salud y la seguridad de los trabajadores siguen siendo una prioridad fundamental en todo el mundo, y esta acción de Francia es un ejemplo decisivo para otros países del entorno como España.
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