Se han llevado a cabo numerosos estudios sobre las temperaturas preferidas por diferentes especies animales para mantener sus tasas metabólicas al mínimo y, por lo tanto, su consumo de energía bajo. Sin embargo, curiosamente, hay mucha menos información disponible sobre los límites superiores de la zona térmica neutra en los seres humanos.

Comprender a qué temperaturas comienza a aumentar el metabolismo humano y cómo varía entre las personas puede tener implicaciones importantes en áreas como las condiciones laborales, el deporte, la medicina y los viajes internacionales. Una nueva investigación está proporcionando información fundamental sobre cómo reaccionamos en entornos subóptimos y cómo difiere lo "óptimo" entre personas con diferentes características.

 

Entre los 40 °C y los 50 °C

 

Un estudio en curso realizado en la Universidad de Roehampton en el Reino Unido ha revelado la existencia de una temperatura crítica superior para los seres humanos, que probablemente se encuentre entre los 40 °C y los 50 °C. Los autores de este estudio presentaron sus hallazgos en la Conferencia del Centenario SEB 2023, organizada por la Sociedad de Biología Experimental (1). Actualmente, se están llevando a cabo investigaciones adicionales para explicar el aumento en los costos energéticos metabólicos a altas temperaturas.

El profesor Lewis Halsey y su equipo han descubierto que la tasa metabólica en reposo, que es una medida de cuánta energía consume el cuerpo humano para mantenerse en funcionamiento, puede ser mayor cuando las personas están expuestas a condiciones de calor y humedad. Además, están investigando cómo la temperatura superior a la temperatura crítica afecta la función cardíaca y cómo estos efectos varían entre personas con diferentes características, como edad y estado físico.

 

Respuestas de la función cardíaca al calor

 

"Encontramos diferencias significativas en las respuestas de la función cardíaca al calor entre diferentes grupos de personas, y lo más interesante es que también encontramos diferencias destacadas entre hombres y mujeres en términos de sus respuestas cardiovasculares al calor", destaca el profesor Halsey. El equipo utilizó un ecocardiógrafo de última generación para medir detalladamente la función cardíaca durante el estudio.

A pesar de las dificultades asociadas con el uso del equipo en condiciones de calor, los experimentos continúan. El objetivo es obtener una imagen más completa de cómo responde el cuerpo al estrés térmico, su capacidad de adaptación, los límites de estas adaptaciones y, lo que es más importante, cómo varían las respuestas de un individuo a otro. En un mundo en constante calentamiento, este conocimiento adquiere cada vez más importancia.

Referencias