La identificación de moléculas en bebidas fermentadas sin alcohol permite asociar su consumo a posibles efectos positivos y contrarresta los efectos negativos provocados por la presencia de alcohol etílico. Un nuevo estudio revela que diferentes tipos de cerveza tienen efectos antioxidantes que podrían proteger frente a enfermedades neurodegenerativas.
El Grupo de Neuroquímica de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha comprobado en pruebas de laboratorio que distintos extractos de cerveza (negra, rubia y sin alcohol) modulan los receptores de adenosina, relacionados con el estrés oxidativo en las células y que se encuentran afectados en los pacientes con alzhéimer. La negra es la que más propiedades protectoras tiene, pero es relevante que la cerveza sin alcohol también produce efectos positivos, sin los efectos negativos de las bebidas alcohólicas.
En verano, con el consiguiente incremento de consumo de cerveza en nuestro país, donde además la opción 0,0 ha conseguido una cuota de mercado mucho mayor que en Europa, el trabajo de los investigadores de la Facultades de Ciencias Químicas y Tecnológicas y de Medicina de Ciudad Real viene a sumarse a los que defienden los posibles beneficios de ciertos compuestos presentes en algunas bebidas fermentadas.
La novedad estriba en que en este artículo, publicado en la revista Nutrients, los primeros resultados en laboratorio apuntan a que los componentes de la cerveza, por sí solos, producen efectos saludables. En la variedad sin, estos efectos positivos no se verían contrarrestados por los negativos derivados del consumo de alcohol.
Los científicos de la UCLM observaron los efectos en cultivos de células de dos tipos de tumores del sistema nervioso, gliomas y neuroblastomas. Sometidas a condiciones similares a las que ocurren en las enfermedades neurodegenerativas, las células se ven afectadas. Pero en presencia de extractos de cerveza “los efectos se revierten”, afirma Mairena Martín, profesora de Bioquímica y Biología Molecular e integrante del grupo.
“Los extractos de cerveza tienen un papel protector frente a la oxidación, y los efectos observados parecen tener relación con los receptores de adenosina”, añade Martín. Los receptores celulares que recogen el mensaje de las moléculas son esenciales para el correcto funcionamiento del cerebro.
Una molécula presente en el lúpulo
El profesor de la Facultad de Medicina de Ciudad Real, José Luis Albasanz, coautor del trabajo, apunta a futuros avances en la investigación de los componentes de la cerveza. “Queremos saber qué produce esos efectos. Pensamos que pueden deberse a una molécula llamada xanthohumol, presente en el lúpulo”, señala Albasanz. El interés por cómo afecta una de las bebidas más consumidas y populares en el mundo como la cerveza a nuestro organismo, en este estudio, sin la presencia del alcohol, genera nuevas líneas de investigación.
El grupo de Neuroquímica de Ciudad Real tiene estudios muy consolidados relacionados con los componentes presentes en otras bebidas y con efectos probados, como el resveratrol y el vino tinto. El resveratrol que producen algunas plantas como respuesta inmunitaria está en la uva tinta y los frutos rojos, entre otros.
Los efectos antioxidantes y su beneficio frente a enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas ya cuentan con un mayor respaldo científico, sin olvidar, una vez más, los efectos negativos de las bebidas alcohólicas. Según los autores, el xanthohumol y la cerveza podrían seguir la misma línea y la alternativa sin no solo refresca y evita los inconvenientes del consumo de alcohol, sino que podría ser, incluso, saludable.