La revista The Lancet Global Health publica esta semana un informe que muestra la trágica situación en el acceso a la salud que viven los niños de países con renta baja. En ellos, casi 10 millones no han sido nunca vacunados, hecho que les convierte en susceptibles a enfermedades mortales como poliomielitis, sarampión y neumonía.
Es más, dos tercios de estos menores con cero dosis viven por debajo del umbral internacional de pobreza y sus familias subsisten con menos de 2,35 dólares al día en pueblos pobres, barrios marginales urbanos o zonas de conflicto.
Dos tercios de los niños y niñas con cero dosis viven por debajo del umbral internacional de pobreza y sus familias subsisten con menos de 2,35 dólares al día en pueblos pobres, barrios marginales urbanos o zonas de conflicto
El trabajo, dirigido por la profesora de salud pública de la Universidad de Montreal (Canadá), Mira Johri, analiza a la población infantil que no ha recibido ninguna vacuna en la India durante 24 años (de 1992 a 2016) y comprueba el impacto de las desigualdades sociales, económicas y geográficas en esta situación.
“Es el primer estudio en rastrear los patrones de los niños y niñas con dosis cero a lo largo del tiempo en la India y en el mundo”, explica a SINC Johri. “Analizamos los datos de cerca de 73.000 bebés de entre 12 y 23 meses, la edad estándar en la que se evalúa la inmunización”.
Así, las autoras descubrieron que la India había hecho un enorme progreso: la proporción de niños/niñas sin dosis se redujo tres veces en un cuarto de siglo, del 33 % en 1992 al 10 % en 2016. “Sin embargo, incluso en 2016 la población infantil con dosis cero (2,9 millones) seguía concentrándose en los grupos más desfavorecidos. En otras palabras, había determinantes sociales y económicos que conformaban la probabilidad de que estos niños/niñas no estuvieran vacunados”, añade.
Igualmente, las/los menores no vacunados también tenían muchas más probabilidades de sufrir desnutrición crónica. En 1992, el 41 % de los niños/niñas con cero dosis tenía un retraso grave en el crecimiento, frente al 29 % de los inmunizados. Y, aunque en 2016 las cifras habían disminuido, seguían siendo desproporcionadas: un 25 % de pequeños/as no vacunados sufrían retraso grave en el crecimiento frente al 19 % de llas/os vacunados.
“Este es un hallazgo crítico. Significa que los niños y niñas menos vacunados son los más vulnerables a los efectos nocivos de las enfermedades infecciosas”, continúa la experta.
El estado de dosis cero de vacunación es un importante marcador de vulnerabilidad, vinculado a fallos nutricionales o alto riesgo de mortalidad en la infancia
“Básicamente, el estado de dosis cero es un importante marcador de vulnerabilidad generalizada, vinculado a múltiples fuentes de desventaja, como fallos nutricionales o un alto riesgo de morbilidad y mortalidad en la infancia y a malos resultados de salud a lo largo de la vida”, subraya.
“Siguen persistiendo muchas de las etnicidades que determinan que estas niñas y niños nunca lleguen a vacunarse, ni siquiera con la primera dosis de ninguna de las vacunas”, indica a SINC Quique Bassat, pediatra especializado en enfermedades infecciosas y salud pública de ISGlobal. “Llama la atención que estos menores además son los más pobres de los pobres. Y, por tanto, los que más dificultades tienen para acceder a la salud”, continúa.
Para los expertos, llegar a los niños con cero dosis es una prioridad estratégica mundial. / EFE | EPA | KITH SEREY
Romper el ciclo de las desigualdades
En los últimos 20 años, las organizaciones internacionales encabezadas por GAVI, la Alianza para las Vacunas, en colaboración con los gobiernos nacionales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, han conseguido que un número significativamente mayor de niñas y niños de países pobres de África y de otros lugares reciban las vacunas sistemáticas: el 81 % hoy en día, frente al 59 % en el año 2000.
Esto ha tenido un gran impacto: un descenso del 70 % en la mortalidad infantil por enfermedades prevenibles con vacunas en dos décadas. Para los expertos, llegar a niñas y niños con cero dosis es una prioridad estratégica mundial.
“Aunque se han mejorado mucho las cosas, sigue habiendo enormes dificultades para estos grupos vulnerables. Se debe hacer algo de forma mucho más proactiva para que accedan a los servicios de salud y, en consecuencia, tengan más posibilidades de sobrevivir”, puntualiza, por su parte, Bassat.
Hay un momento crítico en la primera infancia en el que las intervenciones eficaces pueden romper el ciclo de las desigualdades. Se trata de una importante ventana de oportunidad para cambiar la trayectoria de niñas y niños desfavorecidos
“Tenemos que ofrecer intervenciones holísticas que aborden la vacunación, apoyos nutricionales y los determinantes de la marginación. Hay un momento crítico en la primera infancia en el que las intervenciones eficaces pueden romper el ciclo de las desigualdades. Se trata de una importante ventana de oportunidad para cambiar la trayectoria de niñas y niños y las comunidades sistemáticamente desfavorecidas”, concluye Johri.