Cada 11 de abril se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson, la segunda patología neurodegenerativa con mayor incidencia en el mundo, solo después del alzhéimer. Las cifras globales alcanzan los más de 7 millones de personas afectadas, mientras que en nuestro país llegan ya a las 150.000, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
El envejecimiento es el principal factor de riesgo: su incidencia y prevalencia aumentan exponencialmente a partir la sexta década de vida; hasta un 2 % de los mayores de 65 años y un 4 % de los mayores de 80. Por ello, y dado el aumento de la esperanza de vida, se estima que el número de afectados se triplicará en los próximos 30 años en España.
Sin embargo, no es una patología exclusiva de personas mayores. Aproximadamente un 15 % de los casos actualmente diagnosticados en nuestro país corresponden a personas menores de 50 años.
Para mejorar la calidad de vida de los pacientes, es fundamental mejorar el diagnóstico de la enfermedad, que en la mayoría de los episodios llega años después de su comienzo. De hecho, la SEN valora que más del 50 % de los nuevos casos que han debutado en el último año está aún sin diagnosticar.
Independientemente de cuales sean los primeros síntomas, las fluctuaciones motoras se hacen presentes en hasta el 80 % de las personas afectadas antes de los 5 años del inicio y los movimientos anormales e involuntarios, antes de los 7 años.
Su causa sigue siendo desconocida, si bien se considera como el resultado de una combinación de factores ambientales en individuos genéticamente predispuestos, excepto en las formas hereditarias. Así, se han descrito más de 20 mutaciones asociadas. Todavía no existe una cura.
Las organizaciones internacionales eligieron un tulipán rojo como símbolo de la enfermedad en 2005.
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