Teniendo en cuenta la razón de ser de la vacuna frente a la covid-19, la naturaleza del virus y el comportamiento del niño ante la enfermedad, no considero prioritario incluir a los menores de 6 años en un programa de vacunación masiva.
Ni prioritario ni, tal vez, ético, dado que los países en vías de desarrollo o sin acceso a una sanidad básica no se pueden ni plantear este dilema.
Orden de prioridades
Para argumentarlo, empecemos por el principio. Con la premisa hipocrática en Medicina de primum non nocere (“primero no hacer daño”), las acciones médicas van a ir dirigidas en el siguiente orden de prioridad a: prevenir, curar, mejorar, evitar el sufrimiento y promover el confort durante el desenlace de las enfermedades en general.
La vacunación ha sido desde sus inicios con el doctor Jenner (1796, vacuna contra la viruela) la única herramienta existente para evitar de forma primaria la aparición de enfermedades infecciosas como la viruela, poliomielitis, sarampión, fiebre amarilla, etc. Y gracias a ellas se han salvado incontables vidas. Desde la viruela en 1796 al virus SARS-CoV 2 en 2021.
Con la inmunización activa de la población, la salud pública se desarrolló de forma importante, y con esta, la epidemiología, un disciplina importantísima para la medicina actual.
Las vacunas han disminuido la mortalidad por covid-19
El fundamento de las vacunas no es otro que generar un claro beneficio contra las enfermedades contagiosas en relación a la gravedad de las mismas (elevada mortalidad o discapacidad) y con los mínimos efectos secundarios.
Actualmente, queda fuera de toda duda que las vacunas contra la covid-19 han disminuido la mortalidad de esta enfermedad en menos de un año. Y por lo tanto, nos protegen de manera eficaz y eficiente contra el causante de la presente pandemia.
Pero ¿a todos? En estos momentos, la edad límite de recomendación para la vacunación global contra la covid-19 está por encima de los 12 años.
En un anterior artículo titulado Por qué aún no tiene sentido vacunar a los niños frente a la COVID 19 describía el grado de afectación y de transmisión en los niños según la literatura médica. La conclusión a la que llegaba era que los niños tienen una mortalidad y un grado de contagiosidad muy inferiores al adulto. Y eso no ha cambiado.
Con todo, a estas alturas, ya están bastante avanzados los diferentes ensayos clínicos en menores de esta edad de corte. Es más, los primeros resultados indican una muy buena respuesta inmunitaria a las vacunas de ARN mensajero contra el virus SARS-CoV2, con lo que se prevé muy pronto su recomendación en niños entre 6 y 12 años.
¿Vacunar por debajo de los 6 años, sí o no?
Por debajo de los 6 años también existen ensayos clínicos en curso, en los que recogen la respuesta a la vacuna de ARN mensajero en niños por encima de los 6 meses de edad. Todavía es fase de evaluación pero previsiblemente con una eficacia parecida al anterior grupo.
Sin embargo, teniendo en cuenta la razón de ser de la vacuna, la naturaleza del virus de la covid-19 y el comportamiento del niño ante la enfermedad, no sería prioritario incluir a los menores de 6 años en un programa de vacunación masiva.
Sí estaría indicada en aquellos niños afectos de enfermedades crónicas como respiratorias, cardiovasculares, neurológicas, endocrino-metabólicas (diabetes, obesidad), onco-hematológicas, renales e inmunosupresoras congénitas o adquiridas (trasplantados, reumatológicas). Sobre todo porque se ha visto que los pocos niños fallecidos corresponden a este grupo de riesgo.
Muy parecido, por cierto, al grupo de riesgo de los adultos en los que se recomienda la administración de una tercera dosis en la actualidad.
Un 17.5 % aproximadamente de los españoles ha rechazado la vacuna
En España, en torno a un 80 % de la población mayor de 12 años de edad se encuentra con una cobertura actual de la vacuna con dos dosis (la segunda mejor de Europa, y de las mejores a nivel mundial). La población de niños en nuestro país con una edad de 0 a 6 años (incluidos) corresponde a un 6 % de la población total, y de 6 a 12 años del 6.25 % (según datos demográficos del INE 2020).
Si la población mayor de 12 años corresponde a un 87.75 % del total (100 % - 12.25 % de menores de 12 años), el 20 % del este grupo mayor de 12 años no vacunados corresponde a un 17.5 % del total de la población española.
La inclusión de los menores de 12 años hace pensar que se busca en la edad infantil cubrir a esa minoría que, por diversos motivos de índole personal, no se han vacunado (12.25 % de menores de 12 años vs 17.5 % rechazo a la vacuna).
Si además se asocia el gran desequilibrio en el acceso a las vacunas en el mundo, países que no llegan ni al 5 %, las preguntas brotan solas. ¿De verdad es ético vacunar contra la covid-19 a los más pequeños tal como va el ritmo de vacunación mundial? Y otra pregunta clave: ¿van aceptar los padres de los niños de menos de 6 años vacunarlos?
El esfuerzo para convencer a los tutores legales de estos niños tendrá que ser importante por parte de las instituciones sanitarias de los países altamente desarrollados, o como mínimo argumentarlo muy bien.
Mientras, los países en vías de desarrollo o sin acceso a una sanidad básica no se plantean este dilema, ya que sus necesidades son mucho más urgentes con otras enfermedades contagiosas, salubridad de las aguas de consumo humano o acceso al alimento.
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