La comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, ha destacado que ante el brote de gripe aviar "más grave de la historia reciente en la UE", que está causando "enormes daños" al sector agrícola y obstaculiza el comercio, la lucha contra la gripe aviar es una de las principales prioridades del Ejecutivo comunitario.
Qué es la gripe aviar
La gripe aviar es una enfermedad viral muy contagiosa entre aves causada por un virus Orthomyxoviridae, del género del virus de la gripe A. Hay múltiples subtipos de este virus, aunque los más peligrosos para el ser humano son el H5 y el H7. Estos subtipos de virus pueden ser de dos tipos según su baja o alta patogenicidad, de la cual depende la gravedad de la enfermedad, pudiendo pasar de una sintomatología mínima o incluso desapercibida a cuadros clínicos muy graves.
El proceso de contagio de la enfermedad
Como su nombre indica, la enfermedad comienza en las aves, siendo todas las especies susceptibles de sufrir la enfermedad, tanto de corral como silvestres, aunque aparezcan con mayores síntomas gallinas y pavos frente a los patos o gansos que muestran mayor resistencia a la enfermedad. El contacto de distintos tipos de aves domésticas y migratorias favorece la expansión de la enfermedad entre distintas especies de aves. Además, sus migraciones también ayudan a propagan a escala mundial la zona de presencia del virus.
Este virus es muy contagioso entre animales cuando están en contacto estrecho entre sí. Es capaz de vivir bastante tiempo en ambientes fríos pero no soporta temperaturas superiores a 70ºC. Los animales contagiados excretan el virus mediante secreciones nasales, boca, ojos o heces, transmitiéndose por contacto directo entre aves enfermas y sanas. Cuando el virus se ha introducido en una explotación avícola puede afectar a la mayoría de los animales de la misma por el contacto prolongado entre sí o con objetos contaminados con el virus.
Para que el contagio salte en la cadena hacia el ser humano debe haber un contacto muy reiterado y próximo con aves enfermas, sus excrementos o instrumentos contaminados. La primera infección en un ser humano por el virus H5N1 se dio en Hong Kong en 1997. Las personas con mayor riesgo de contagio son el personal de granjas y mataderos de aves, así como veterinarios relacionados con dicha actividad.
El virus de la gripe aviar no parece transmitirse entre personas ni tampoco al comer las aves enfermas, riesgo limitado además por el gran control de los productos de la cadena alimentaria; pero el mayor peligro es que mutara y comenzara a transmitirse entre seres humanos, y no sólo de aves enfermas a personas.
La enfermedad en el ser humano
La gripe aviar tiene un periodo de incubación en humanos de 3 a 10 días y la sintomatología que ofrece en los enfermos es muy variada dependiendo del subtipo de virus y la persona afectada.
Los síntomas de un cuadro leve de la enfermedad son similares a los de una gripe estacional: tos, fiebre, dolor de garganta y muscular, malestar general, dolor de cabeza, vómitos, diarrea, conjuntivitis… En casos más complicados puede provocar dificultades respiratorias graves o fiebres muy altas. En estos casos más graves, según la OMS, algunos medicamentos antivirales podrían servir para reducir la actuación del virus, aunque aún hay múltiples estudios clínicos en desarrollo.
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