La Semana Mundial de la Lactancia Materna 2024 se celebra cada año del 1 al 7 de agosto y busca promover la lactancia materna. El lema de la semana este año 2024 es Cerrando la brecha: apoyo a la lactancia materna en todas las situaciones. A pesar de los supuestos beneficios de ésta, es habitual que se produzcan juicios y críticas destructivas contra mujeres que no pueden o deciden no amamantar a sus bebés. Algunas autoras denuncian que la crianza estrechamente dependiente de la mujer madre, puede convertirse en la nueva forma de esclavitud que las devuelva del mercado laboral al hogar.
- Lactancia materna y trabajo
- Supuestos beneficios para las madres y los bebés
- Creencias populares sobre la lactancia materna
- Desmontando algunos mitos sobre la lactancia materna
- Juicios y críticas destructivas contra mujeres que no dan el pecho
- La crianza como una nueva forma de esclavitud
- Crianza con tintes progresistas que lleva a las mujeres de regreso al hogar
La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra la primera semana de agosto de cada año, con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF por sus siglas en inglés) y muchos Ministerios de Sanidad y socios de la sociedad civil. La Alianza Mundial para la Acción de Lactancia Materna (World Alliance for Breastfeeding Action, WABA) es una red global de organizaciones y personas en pro de esta causa que también colabora e impulsa esta celebración.
La fecha fue proclamada oficialmente en 1992 coincidiendo con el Aniversario de la Declaración Innocenti, formulada por altos cargos de estas dos organizaciones en agosto de 1990 con el fin de proteger, promover y respaldar la lactancia materna. Sin embargo, en Europa, y también en España, por ser agosto pleno periodo vacacional, la Semana de la Lactancia Materna se celebra en octubre. Esta fecha se eligió porque, si un embarazo empezara el 1 de enero, la fecha probable del parto y el comienzo de la lactancia serían en la semana 41 del año así que se decidió trasladarla al primer domingo de octubre.
El tema de la campaña de este año 2024 es Cerrando la brecha: apoyo a la lactancia materna en todas las situaciones en referencia a la importancia de que todas las madres que quieran puedan amamantar con éxito a sus hijos, independientemente de las diferentes circunstancias de cada una.
Lactancia materna y trabajo
Uno de los temas más controvertidos relacionados con la lactancia materna es su difícil compatibilidad con la vuelta al trabajo tras el permiso de maternidad. Muchas mujeres deciden dejar la lactancia en ese momento por la imposibilidad de compatibilizarla con su vida profesional, por eso se busca promover la implementación de políticas que respalden la lactancia, como el permiso de maternidad de al menos 18 semanas, idealmente extendiéndolo a más de 6 meses, y adaptaciones en el lugar de trabajo para facilitar la continuidad de la lactancia una vez que las madres regresen a sus labores. Estas son cuestiones cruciales y urgentes para garantizar que las mujeres tengan la capacidad de amamantar durante el tiempo que deseen hacerlo.
Sorprendentemente, más de 500 millones de mujeres trabajadoras carecen de disposiciones básicas relacionadas con la maternidad, lo que limita su capacidad para amamantar de manera adecuada. Además, muchas más mujeres no reciben el apoyo necesario cuando vuelven al trabajo tras el período de baja de maternidad.
Tan solo el 20 % de los países exigen a los empleadores que ofrezcan a las empleadas pausas remuneradas e instalaciones para la lactancia o la extracción de leche. Además, menos de la mitad de los menores de 6 meses se alimentan exclusivamente de leche materna, que es la recomendación de la OMS y UNICEF para todos los recién nacidos. En este sentido, la OMS se ha planteado el reto de aumentar la tasa de lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses hasta al menos el 50 % para 2025.
Según la WABA solo 43 países en todo el mundo han ratificado el Convenio sobre la protección de la maternidad, 2000 (Nº 183) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cual establece un permiso de maternidad no inferior a 14 semanas. Aunque la mayoría de los países han incluido algún tipo de permiso de maternidad en sus leyes, existen grandes disparidades y solo 18 países cumplen o superan la norma de 18 semanas recomendada por la Recomendación 191 de la OIT.
Además, alrededor de 70 países no proporcionan el derecho a descansos para amamantar, y muchos de ellos solo permiten descansos o permisos de lactancia de seis meses, a pesar de que la lactancia materna se recomienda durante dos años o más.
En este contexto, es esencial impulsar medidas que respalden la lactancia en el entorno laboral y fomentar una cultura de apoyo hacia las madres lactantes. Al implementar políticas que protejan los derechos de la maternidad y brinden facilidades para continuar amamantando después del regreso al mundo laboral, se contribuye no solo al bienestar de las madres, sino también al óptimo desarrollo y salud de los bebés.
Supuestos beneficios para las madres y los bebés
La lactancia materna ofrece una amplia gama de beneficios tanto para el bebé como para la madre, según los expertos que la defienden.
Para los bebés, proporciona una nutrición saludable con todos los nutrientes esenciales necesarios para un crecimiento y desarrollo óptimos durante los primeros meses de vida. Además, contiene anticuerpos que fortalecen el sistema inmunológico del bebé, protegiéndolo contra diversas enfermedades e infecciones, como las respiratorias y gastrointestinales, reduciendo así la morbilidad y mortalidad infantil. Los bebés amamantados tienen un menor riesgo de desarrollar alergias alimentarias y eczema en comparación con los alimentados con fórmula, y algunos estudios sugieren que la lactancia materna está asociada con un mejor desarrollo cognitivo y un mayor coeficiente intelectual en la infancia. Además, la lactancia materna contribuye a la prevención de la obesidad y disminuye el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
Para las madres, la lactancia materna facilita la recuperación posparto al estimular la liberación de oxitocina, ayudando al útero a contraerse y recuperar su tamaño normal. También se ha asociado con un menor riesgo de cáncer de mama y de ovario, además de propiciar un aumento en el tiempo entre embarazos. Amamantar fortalece el vínculo afectivo entre la madre y el bebé, promoviendo una mayor conexión emocional y proporcionando un sentido de satisfacción. La producción de leche materna requiere energía, lo que puede ayudar a algunas madres a perder peso adicional ganado durante el embarazo. Además, la lactancia materna ofrece mayor protección contra la hemorragia posparto y es una opción económica y conveniente, ya que la leche materna siempre está disponible y no requiere preparación, lo que ahorra dinero en la compra de fórmula y biberones.
Es importante destacar que cada experiencia es única y que algunas mujeres pueden enfrentar desafíos en la lactancia materna. En estos casos, es fundamental contar con el apoyo adecuado y la orientación de profesionales de la salud para asegurar el bienestar tanto de la madre como del bebé.
Creencias populares sobre la lactancia materna
Existen numerosos recelos sobre la lactancia materna que pueden influir negativamente en la decisión de amamantar y en la experiencia de la lactancia. Por ejemplo, muchas personas creen que la lactancia materna duele, cuando en realidad, el dolor intenso generalmente indica un problema de agarre o posición que puede corregirse con la ayuda de un asesor de lactancia. Otro mito común es que las madres no producen suficiente leche; sin embargo, la producción de leche se basa en la demanda y amamantar con frecuencia ayuda a mantener un suministro adecuado.
También se piensa erróneamente que hay que espaciar las tomas para que el pecho se llene, cuando la lactancia a demanda es la mejor manera de asegurar una producción adecuada de leche. Además, algunos creen que los bebés amamantados necesitan agua adicional en climas calurosos, pero la leche materna contiene suficiente agua para mantener al bebé hidratado. Otro mito perjudicial es que las madres no deben amamantar si tienen un resfriado o gripe, aunque en la mayoría de los casos es seguro y beneficioso, ya que la leche materna transmite anticuerpos que pueden proteger al bebé.
Se cree que las madres con pechos pequeños no producirán suficiente leche, cuando en realidad, el tamaño del pecho no afecta la capacidad de producción. Otra creencia persistente es que después de seis meses, la leche materna pierde su valor nutricional, cuando sigue siendo una fuente importante de nutrientes y anticuerpos durante todo el tiempo que el bebé sea amamantado. Asimismo, se piensa que las madres que han tenido una cesárea no pueden amamantar, aunque muchas lo hacen exitosamente con apoyo adicional. También existe la creencia de que la lactancia materna causa flacidez en los pechos, cuando los cambios en la forma del pecho se deben más a factores como el embarazo, la genética y el envejecimiento.
Desmontando algunos mitos sobre la lactancia materna
Desde hace décadas, las autoridades sanitarias han enfatizado los beneficios de la lactancia materna, respaldados por evidencia científica sólida.
Sin embargo, en cuanto a los beneficios cognitivos para los niños amamantados, han surgido dudas. Algunos estudios indican que estos beneficios podrían ser atribuibles a otros factores, como la crianza en hogares con mejores recursos y ventajas educativas proporcionadas a los hijos.
El desafío para investigadores radica en el diseño de estudios imparciales. La mayoría de las investigaciones previas no han podido asignar aleatoriamente lactantes a distintos grupos de estudio, lo que dificulta la neutralización de factores como características socioeconómicas y psicológicas de las madres que pueden influir en la adopción de la lactancia.
Recientemente, una investigación de la UNED ha intentado abordar este problema estudiando la correlación entre lactancia materna y resultados educativos en un contexto menos afectado por sesgos de selección. Utilizando datos de más de 3.200 niños del Panel de Estudios de la Familia China, se espera arrojar luz sobre la conexión entre lactancia y desempeño educativo, proporcionando una perspectiva más completa y precisa sobre los efectos de esta práctica.
Juicios y críticas destructivas contra mujeres que no dan el pecho
La sociedad avanza rápidamente en busca de igualdad y derechos humanos, pero también se enfrenta a controversias que afectan la libertad de elección. Un claro ejemplo es la polémica que rodea a la maternidad, donde las madres son duramente criticadas debido a diferentes enfoques en la crianza, de si optan por la lactancia materna o de fórmula, entre muchas otras.
Temas como la lactancia materna, el colecho o la vuelta al trabajo generan miles de opiniones y constantes ataques entre madres con visiones divergentes. Esta diversidad de opiniones no es el problema, sino el hecho de que algunos ataques pueden hacer sentir a algunas mujeres como si fueran malas madres.
Es fundamental promover el respeto y la comprensión mutua en esta área, para que todas las madres se sientan apoyadas en sus decisiones y no se enfrenten a juicios y críticas destructivas.
La crianza como una nueva forma de esclavitud
El libro La mujer y la madre de la filósofa francesa, Elisabeth Badinter, va más allá y aborda un debate que ha perdurado durante dos décadas: la lactancia materna. La autora sostiene que la crianza se ha convertido es una nueva forma de esclavitud para las mujeres. Como reconocida autora feminista, Badinter plantea que la sociedad ha establecido la creencia de que la "buena madre" es aquella que amamanta a su hijo.
Este enfoque ha generado controversia y polarización entre distintos sectores de la sociedad. El análisis de Badinter sobre este tema cuestiona los estereotipos y expectativas asociadas a la maternidad y defiende la importancia de respetar la elección individual de las mujeres en cuanto a la crianza de sus hijos. Su obra plantea reflexiones profundas sobre la libertad de elección y la diversidad de experiencias que pueden coexistir en la maternidad.
Crianza con tintes progresistas que lleva a las mujeres de regreso al hogar
La autora del libro Madres mamíferas, Eva Millet, cuestiona un sistema de crianza con tintes progresistas pero vinculado a las élites, que parece llevar a las mujeres de regreso al hogar. Según Millet, las madres de antes no sentían culpa, pero en la actualidad se ven presionadas por expectativas que exigen ser madres perfectas, respetuosas y apegadas a sus hijos.
Este enfoque de crianza se basa en pilares como el parto natural y desmedicalizado, la lactancia prolongada y a demanda, el colecho y el porteo. Sin embargo, la escritora y periodista, Eva Millet, argumenta que estos postulados no siempre son posibles o deseables para todas las mujeres, quienes también desempeñan otros roles en la sociedad.
Millet sostiene que esta crianza puede generar sentimientos de culpa en las madres al no poder cumplir con todas estas directrices. Por lo que cuestiona esta perspectiva, planteando que la crianza debería adaptarse a las necesidades individuales de cada mujer en lugar de seguir un estilo de vida rígido y poco científico.
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