El Gobierno de Alemania ha elevado a una segunda fase el nivel de alarma por la crisis energética a causa de la amenaza de Rusia para el suministro de gas, después de haber declarado el pasado mes de marzo el nivel de alerta temprana.
El ministro alemán de Economía, Robert Habeck, ha confirmado la activación del segundo de los tres niveles del plan nacional de emergencia, después de los recientes cortes del flujo de gas desde Rusia, aunque ha subrayado que por el momento el suministro está garantizado.
"El suministro de gas está garantizado", ha señalado Habeck, quien, sin embargo, ha advertido de que el gas "es ahora un bien escaso" en el país. "Incluso si aún no lo sentimos, estamos en una crisis de gas", ha reconocido.
En este sentido, el ministro alemán ha subrayado la importancia de reducir el consumo de gas durante el verano con vistas al próximo invierno y ha asegurado que el Gobierno se ha preparado con anticipación para este escenario, incluyendo la puesta en funcionamiento de centrales térmicas de carbón.
"Todos los consumidores, en la industria, en las instituciones públicas y en los hogares, deben reducir el consumo de gas tanto como sea posible para que podamos pasar el invierno", ha insistido.
El plan de emergencia energética de Alemania contempla un tercer nivel de alerta en el caso de que la crisis se agravase y los participantes del mercado no fueran capaces de manejar la situación por sí mismos.
En esta situación, el Estado intervendría en el mercado, transformando la Agencia Federal de Redes en el "distribuidor de carga federal", por lo que sería responsable de determinar en coordinación con los operadores la distribución de gas, subrayando que los hogares, empresas sociales u hospitales gozan del estatus de consumidores protegidos.
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