El 94,3% del transporte interior de mercancías por España se hace en camión, según datos del Ministerio de Fomento. Y solamente un 4,6% viaja en tren, un 2% si se toman como índicador las toneladas netas transportadas. El balance no puede ser más abrumador. Y más perjudicial para el medio ambiente, y muy en concreto para la calidad del aire que respiramos y el control de las emisiones de gases de efecto invernadero, sin olvidar el impacto sobre la seguridad en las autopistas y carreteras.
En las principales economías europeas, el peso del ferrocarril en el transporte de mercancías cuanto menos triplica al que tiene en España: es de un 12% en el Reino Unido e Italia, del 14% en Francia y del 23% en Alemania. La media de los 28 estados de la Unión Europea es del 17%, datos todos ellos procedentes del Informe Anual 2015 del Observatorio del Transporte y la Logística en España (OTLE), organismo dependiente de Fomento.
La caída coincide con el auge del transporte de viajeros en las líneas de alta velocidad
Peor aún: tras la salida de la crisis, mientras el comercio en general, y el transporte por carretera que lleva asociado, crecen sostenidamente desde hace varios años, el transporte de carga ferroviario, que experimentaba un levísimo registro al alza, registró un 9,5% de descenso en el primer semestre de 2016 respecto al mismo periodo de 2015. La crisis provocó un drástico recorte de la oferta de trenes de mercancías, que se ha reducido en un tercio desde 2005. Todo ello coincide con el crecimiento imparable del número de viajeros que eligen el tren de alta velocidad para desplazarse por el país. Los raíles llevan cada día a más personas y menos mercancías.
En 2015, el mercado ferroviario de mercancías español facturó 304,2 millones de euros, un 2,5% menos que en 2014, lo que representó tan sólo el 12% del total de ingresos del sector del tren, que incluye asimismo el transporte de viajeros y las subvenciones de la administración por la prestación de servicios públicos.
Son muy malas noticias para el medio ambiente: un tren de mercancías puede llevar 20 veces más carga que un gran camión tráiler generando unas emisiones –tanto de gases de efecto invernadero como de otras partículas contaminantes– muy inferiores por tonelada transportada. Y, desde 1996, el tráfico de camiones por la red viaria española se ha duplicado. Las ventas superaron en 2016 las 25.000 unidades, un 10,9% más que en 2015, según datos de la asociación empresarial Aniacam, y a finales del año circulaban por el país unos 4,85 millones de estos vehículos.
Diferente ancho de vía
¿A qué se debe esta mísera contribución del ferrocarril al transporte de mercaderías en España? Según los expertos, básicamente a la falta de integración del tren español en la red ferroviaria europea debido al diferente ancho de vía –algo que sólo pasa en este país, y como consecuencia de ello en Portugal, y en Rusia– y al escaso desarrollo de la intermodalidad para el trasvase de cargas del barco al tren o del tren al camión, que la hacen muy poco competitiva: los costes de estos transbordos pueden representar entre un 25% y un 40% del gasto total del transporte ferroviario. Indudablemente, el hecho de que se carezca todavía de un corredor mediterráneo en condiciones pese a que ha sido largamente reivindicado por las comunidades autónomas afectadas, que coinciden con las economías más dinámicas del país, y sus patronales, tampoco ayuda.
Pero hay otro factor de peso: la posición dominante de Renfe, el antiguo monopolio público del ferrocarril en España, en el transporte de mercancías, teóricamente liberalizado, lo que debería redundar en su mayor competitividad. Cuando el sector del camión está enormemente atomizado (un 77,8% de las empresas tienen un volumen de negocio inferior a los cinco millones de euros), el del ferrocarril está dominado en casi un 80% por Renfe Mercancías. Y mientras los números de esta empresa no dejan de caer, los de sus pequeños competidores, que la acusan de abuso de posición dominante, sin embargo, crecen a buen ritmo.
Por las carreteras españolas circulan alrededor de 4,85 millones de camiones
En 2015, Renfe Mercancías, que lleva años reduciendo su tamaño en un intento de recortar sus pérdidas, obtuvo unos ingresos de 233,6 millones, un 6,1% menos que el año anterior. En cambio, sus ocho competidoras (Acciona Rail Services, Comsa Rail Transport, Continental Rail, Ferrovial Railway, Logitren Ferroviaria, Traccion Rail, Transfesa Rail y Transitia Rail) generaron en conjunto un volumen de negocio de 70,6 millones, un 10% más que en el ejercicio anterior, logrando una cuota del 30,3%, un porcentaje mayor que el del volumen de carga transportada, lo que pone de manifiesto su mayor nivel de eficiencia. La pesada carga del monopolio sigue lastrando el futuro del tren de mercancías en España.
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