El Día Mundial de las Ciudades 2024 se celebra con el objetivo de promover el interés en la urbanización y fomentar la cooperación entre los países, aprovechando las oportunidades y enfrentando los desafíos del urbanismo, contribuyendo así al desarrollo urbano sostenible a nivel global. El lema de 2024 es Los jóvenes lideran la acción climática y local para las ciudades
El Día Mundial de las Ciudades se celebra anualmente el 31 de octubre desde 2014, tras ser proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 20131. ONU Hábitat fue la organización que impulsó la creación de este día al lanzar la iniciativa, Octubre Urbano, un mes en el que se organizan reuniones, debates y eventos que centran la atención del mundo en los problemas urbanos y el desarrollo sostenible.
La finalidad es poner de relieve los desafíos urbanos mundiales e involucrar a la comunidad internacional en el desarrollo de la Nueva Agenda Urbana, aprobada en octubre de 2016 en la ciudad de Quito durante la Conferencia de Hábitat III. Esta Nueva Agenda Urbana es la brújula para hacer frente a los desafíos de las ciudades en las próxima dos décadas y ha de ser vista como una extensión del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11 de la Agenda 2030.
El lema seleccionado para la celebración de este año es Los jóvenes lideran la acción climática y local para las ciudades. Este enfoque se dirigirá a cómo integrar las ideas innovadoras y los objetivos ambiciosos de las juventudes en logros concretos.
El mundo enfrenta cambios demográficos significativos que afectan a la urbanización
Se espera que la población mundial aumente en dos mil millones de personas, pasando de los 7.700 millones actuales a 9.700 millones en 2050, antes de alcanzar un máximo de casi 11.000 millones a finales de siglo, a medida que la tasa de fecundidad siga disminuyendo. Durante este período, se prevé que la población mundial será cada vez más urbana y que la población de 65 años o más superará en número a la de menores de 5 años.
La mitad del crecimiento de la población mundial hasta 2050 se originará en solo nueve países: India, Nigeria, Pakistán, la República Democrática del Congo, Etiopía, Tanzania, Indonesia, Egipto y Estados Unidos. Es probable que la población de África Subsahariana se duplique, mientras que la población de Europa podría disminuir.
Mientras tanto, los movimientos de población continúan. Aunque el porcentaje de migrantes internacionales se ha mantenido en torno al 3% de la población mundial durante los últimos veinte años, desde 2000 la cifra ha aumentado en más de la mitad Al mismo tiempo, el número de personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares ha aumentado considerablemente debido a los conflictos prolongados y podría seguir aumentando debido al cambio climático y la degradación ambiental. La gran mayoría de los flujos de migrantes y refugiados se dirigen hacia los países del Sur Global.
En algunas regiones del mundo, los jóvenes (entre los 15 y los 24 años) constituyen un importante segmento de la población que aumenta rápidamente. En África Subsahariana, donde se prevé que la población total se duplicará para 2050, la cantidad de personas en edad de trabajar (entre los 25 y los 64 años) está creciendo a un ritmo más rápido que el de cualquier otro grupo etario. La mayoría de los países de Asia y de América Latina y el Caribe ya han experimentado un crecimiento similar de la población joven seguido de un crecimiento de la población en edad de trabajar.
Hoy, las personas mayores (65 años o más) constituyen el grupo de edad que crece más rápido en el mundo. Globalmente y por primera vez en 2018, las personas mayores superaron en número a los niños menores de 5 años, y para 2050 el número de personas mayores superará al de adolescentes y jóvenes (entre los 15 y los 24 años).
En 2050 el 70% de la población podría vivir en zonas urbanas
Con este escenario, el mundo va a experimentar cambios en cuanto a dónde residirá la población. Hasta 2009, vivían más personas en el campo que en la ciudad. En la actualidad, alrededor del 55 % de la población mundial vive en pueblos y ciudades, y se prevé que el nivel de urbanización será de casi un 70 % en 2050. Gran parte del crecimiento de la población urbana tendrá lugar en Asia y África, especialmente en China, la India y Nigeria, donde las tasas de fecundidad siguen siendo elevadas.
Al igual que la migración, la urbanización requiere una gestión eficaz por parte de las autoridades nacionales y locales. La velocidad y la escala de la urbanización plantean problemas para garantizar la disponibilidad de vivienda, infraestructura y transporte adecuados, y contribuyen a los conflictos y la violencia.
Es importante también intensificar los esfuerzos para asegurar que las personas que viven en zonas rurales tengan acceso a la economía y la sociedad digitales. Los pequeños agricultores, los ganaderos y los pueblos indígenas tienen una función esencial en la producción de alimentos y en la conservación del capital natural.
El gran desafío de conseguir ciudades más sostenibles
En la actualidad, las ciudades enfrentan numerosos desafíos para convertirse en entornos más sostenibles.
Uno de los principales desafíos es el consumo de energía y las emisiones. Las ciudades consumen el 78% de la energía mundial y producen más del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero, a pesar de ocupar menos del 2% de la superficie terrestre. Este consumo desmedido de energía y la dependencia de combustibles fósiles contribuyen significativamente al cambio climático.
Otro reto importante es el crecimiento urbano y la vivienda. La urbanización y el aumento de la población superan el ritmo de construcción de viviendas adecuadas y asequibles, lo que provoca el crecimiento de barrios marginales y asentamientos improvisados. Además, el cambio climático afecta de manera desproporcionada a las comunidades pobres y de bajos ingresos, que viven en viviendas inestables y en áreas más susceptibles a desastres naturales. Casi mil millones de personas están clasificadas como “pobres urbanos” y la mayoría vive en asentamientos urbanos informales.
La contaminación del aire es otro desafío crítico. El tráfico, la industria, la generación de energía y el uso de combustibles domésticos contribuyen a la contaminación del aire, que representa una grave amenaza tanto para la salud humana como para los esfuerzos por contener el cambio climático.
Ciudades como Gotemburgo, Copenhague o Vancouver lideran el cambio hacia la sostenibilidad
Gotemburgo, en Suecia, ha implementado numerosas iniciativas para reducir su huella de carbono, como la promoción del uso de bicicletas y la adopción de vehículos eléctricos. En 2022 firmó un compromiso para ser una de las 100 ciudades de la Unión Europea que planean alcanzar la neutralidad climática en 2030 y, además, ha sido reconocida por su compromiso con la sostenibilidad y ha liderado el Índice Global de Sostenibilidad de Destinos en varias ocasiones.
Copenhague, la capital de Dinamarca, también se destaca por sus esfuerzos en sostenibilidad. La ciudad ha puesto en marcha el Plan del Clima 2025, que incluye medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover el uso de energías renovables. Además, la ciudad se ha comprometido a convertirse en la primera capital del mundo neutral en carbono para 2025.
En Canadá, Vancouver ha implementado políticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de agua, además de crear nuevos puestos de trabajo relacionados con la economía verde. La ciudad ha establecido metas ambiciosas para equilibrar el estilo de vida de sus habitantes con el máximo respeto por el entorno natural.
Estos ejemplos demuestran que, aunque los desafíos son significativos, es posible avanzar hacia ciudades más sostenibles mediante la implementación de políticas innovadoras y el compromiso de gobiernos, empresas y ciudadanos.
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