El plástico de los equipos de protección personal (EPI) usados en la lucha contra el coronavirus puede y debe transformarse en combustibles líquidos renovables, según un nuevo estudio, publicado en la revista Biofuels.
Los expertos de la Universidad de Estudios de Petróleo y Energía de la India han sugerido una estrategia que podría ayudar a mitigar el problema de los EPI desechados que actualmente se eliminan a niveles sin precedentes debido a la actual pandemia de COVID-19, convirtiéndose en una amenaza significativa para el medio ambiente.
La investigación muestra cómo miles de millones de artículos de EPI desechables se pueden convertir de su estado de polipropileno (plástico) en biocombustibles, que se sabe que son similares a los combustibles fósiles estándar.
La autora principal, la doctora Sapna Jain, explica que la transformación en biocrudo, un tipo de combustible sintético, "no solo evitará los graves efectos secundarios para la humanidad y el medio ambiente, sino que también producirá una fuente de energía".
"Actualmente, el mundo se está centrando en combatir COVID-19, sin embargo, también podemos prever los problemas de crisis económica y desequilibrio ecológico -explica-. Tenemos que prepararnos para enfrentar los desafíos que impone la pandemia COVID-19, a fin de mantener la sostenibilidad".
"Y existe una alta producción y utilización de EPI para proteger a la comunidad de trabajadores/as de la salud y otros y otras trabajadoras de primera línea de COVID-19 cuya eliminación es una preocupación debido a su material, es decir, el polipropileno no tejido. Por ello, la estrategia propuesta es una medida sugerente que aborda el problema anticipado de la eliminación del EPI", destaca.
Durante la actual pandemia de COVID-19 específicamente, los EPI están siendo diseñados para un solo uso y su posterior eliminación. Una vez que estos materiales plásticos se descargan al medio ambiente, terminan en vertederos u océanos, ya que su degradación natural es difícil a temperatura ambiente, por lo que necesitarán décadas para descomponerse.
Amenaza ambiental
Reciclar estos polímeros requiere métodos físicos y métodos químicos. La reducción, la reutilización y el reciclaje son los tres pilares del desarrollo sostenible que pueden ayudar a evitar la eliminación del plástico al medio ambiente.
El equipo de investigación revisó muchos artículos relacionados mientras buscaban explorar las políticas actuales sobre la eliminación de EPI, su contenido de polipropileno y la factibilidad de convertirlos en biocombustible.
En particular, se centraron en la estructura del polipropileno, su idoneidad para EPI, por qué representa una amenaza ambiental y los métodos de reciclaje de este polímero.
Sus conclusiones exigen que los residuos de EPI se conviertan en combustible mediante pirólisis. Este es un proceso químico para descomponer el plástico a alta temperatura, entre 300 y 400 grados centígrados durante una hora, sin oxígeno.
La coautora doctora Bhawna Yadav Lamba dice que este proceso es uno de los métodos de reciclaje más prometedores y sostenibles en comparación con la incineración y el vertedero.
"La pirólisis es el método químico más comúnmente utilizado cuyos beneficios incluyen la capacidad de producir grandes cantidades de bioaceite que es fácilmente biodegradable. Siempre existe la necesidad de combustibles alternativos o recursos energéticos para satisfacer nuestras demandas energéticas. La pirólisis de plásticos es uno de los métodos para mitigar nuestra crisis energética".
En su opinión, "los desafíos de la gestión de residuos de EPI y la creciente demanda de energía podrían abordarse simultáneamente mediante la producción de combustible líquido a partir de kits de EPI. El combustible líquido producido a partir de plásticos es limpio y tiene propiedades de combustible similares a los combustibles fósiles".
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