El Consejo de Ministros, a petición del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha aprobado la Hoja de Ruta para la gestión sostenible de las materias primas minerales, con el objetivo de reforzar la autonomía estratégica del país, aprovechando los recursos autóctonos, y la seguridad de abastecimiento de suministros clave para la transición energética y el desarrollo digital.
Eficiencia y economía circular
En concreto, esta hoja de ruta otorga prioridad a la eficiencia y la economía circular, incluye 46 medidas para que España aproveche sus recursos autóctonos de un modo más sostenible y maximice los beneficios económicos y sociales a lo largo de toda la cadena de valor industrial.
En un comunicado, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico indicó que en el supuesto de no contar con una visión estratégica y con medidas que permitan fomentar la autonomía de suministro para materias primas clave con criterios de sostenibilidad, "podríamos encontrarnos con una importante vulnerabilidad para la economía española, porque su producción actual se concentra en pocos países -China procesa alrededor del 35% del níquel, del 50% al 70% del litio y el cobalto, y casi el 90% de las tierras raras-, circunstancia que se acentuaría con el citado incremento de la demanda".
Las crisis provocadas por la pandemia del Covid-19 y la guerra por la invasión de Ucrania por Rusia han expuesto vulnerabilidades que afectan a la seguridad nacional y al bienestar de los ciudadanos, como la dependencia del abastecimiento exterior y la fragilidad de los flujos comerciales internacionales, que obligan a diseñar un nuevo modelo de crecimiento e inversión en el ámbito de las materias primas fundamentales. Asimismo, avanzar hacia una sociedad neutra en emisiones de carbono exige aumentar el consumo de algunas materias primas.
En concreto, para un sistema energético renovable y una economía electrificada y digital, se estima un aumento excepcional en la demanda de ciertos minerales hasta 2040; por ejemplo, en el caso del litio, se multiplicará por más de 40 y para el caso del grafito, el cobalto o el níquel, en torno a 20 ó 25.
Alineada con la UE
Esta hoja de ruta aprobada por el Gobierno se alinea con las políticas europeas sobre materias primas -como el Plan de Acción de Materias Primas Fundamentales o el reciente REPowerEU-, y con herramientas nacionales, como la Estrategia de Seguridad Nacional aprobada el pasado mes de febrero o la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo 2050.
España cuenta con una industria extractiva y transformadora integrada por unas 3.750 empresas que dan empleo a 320.000 personas en unas 4.650 explotaciones mineras y fábricas, con un volumen de negocio de unos 26.600 millones de euros anuales y unas exportaciones valoradas en 11.800 millones al año.
Asimismo, hay producción de estroncio, espato flúor, tántalo, silicio y wolframio, y depósitos identificados de antimonio, barita, bismuto, cobalto, litio y tierras raras.
La hoja de ruta ha contado con una relevante participación social, primero con una consulta pública previa, que se celebró entre octubre y noviembre de 2020 y recibió 945 respuestas válidas, y después sometiendo la propuesta original del Ministerio a un proceso de información pública, celebrado entre los pasados meses de marzo y abril, que recibió 1.070 respuestas válidas.
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