Los Juegos Olímpicos de París 2024 albergarán a 15 000 deportistas, entrenadores y personalidades. Uno de los objetivos de los organizadores es reducir a la mitad la huella de carbono respecto a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en los que se emitieron 2,73 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂), más que todo el país de Montenegro en un año.

La meta en París es emitir 1,5 millones de toneladas de CO₂ y añadir medidas para compensar dichas emisiones en todo el mundo. Dichas medidas pretenden que el evento compense más emisiones que las que genere.

 

¿Cómo se calcula la huella de carbono?

 

Para evaluar el impacto medioambiental de los Juegos de París se ha utilizado la huella de carbono. Este indicador implica conocer todas las acciones que tienen un impacto medioambiental, como por ejemplo el consumo eléctrico. Una vez conocidas, se hace una equivalencia de todas esas acciones en kilogramos de CO₂ emitidos a la atmósfera.

Existen varios métodos para calcular la huella de carbono. Probablemente, el de mayor importancia es el Green House Protocol, donde se encuentran tanto procedimientos como herramientas para el cálculo online.

Aunque existen otras metodologías, como por ejemplo la del Ministerio de Transición Ecológica de España, todas siguen los mismos pasos de manera general:

  1. Definir los procesos que vamos a estudiar. Una vez definidos, podremos realizar un inventario de las entradas y salidas que generan emisiones de CO₂.

  2. Establecer el período de tiempo que se va a evaluar.

  3. Recopilar datos de consumo (electricidad, combustible…) y generación de residuos.

  4. Convertir a kilogramos de CO₂ utilizando factores de conversión establecidos.

  5. Proponer medidas de mejora.

Este proceso se debe realizar de forma periódica para evaluar la calidad de las medidas propuestas.

 

Las medidas que se aplicarán en París 2024

 

Los Juegos de París van a aplicar un punto de vista innovador a la hora de evaluar sus emisiones de CO₂. Este esfuerzo ha requerido una planificación que se lleva realizando desde 2021. A las etapas comunes del cálculo de la huella de carbono (evitar procesos que tengan el mayor impacto, reducir los existentes y compensar emisiones) se han añadido dos pasos más. Uno previo, que consiste en anticipar en base a los datos existentes en Juegos anteriores, y la movilización social en base a la audiencia para concienciar a la sociedad a todos los niveles.

En lo que se refiere a medidas concretas, la más innovadora consiste en fijar un presupuesto de 1,5 millones de toneladas de CO₂ a consumir durante todo el evento. Es decir, se utilizan los kilogramos de CO₂ como una moneda que paga previamente cada actividad relacionada con los Juegos Olímpicos. Además, se han puesto en marcha las siguientes iniciativas:

  • El 95 % de las construcciones son temporales o existían previamente. Se han utilizado materiales con bajo contenido en carbono o reciclable.

  • La energía utilizada proviene de fuentes renovables que no contabilizan en las emisiones de CO₂.

  • La alimentación durante el evento fomentará el consumo de productos de proximidad sostenibles, evitando las emisiones relacionadas con el transporte.

  • El transporte es, sin duda, una de las mayores fuentes de emisiones. Para evitarlas, se han optimizado las rutas de transporte, se han establecido tarifas especiales para el transporte público y se ofrecerá la alternativa de vehículo eléctrico o la bicicleta siempre que se posible.

  • Se compensarán las emisiones con proyectos en los cinco continentes enfocados, por ejemplo, a la conservación y restauración de bosques como sumideros de CO₂.

  • A la hora de movilizar a la ciudadanía, se ha utilizado una metodología innovadora de cálculo de huella de carbono que pretende ser un ejemplo para futuros eventos. Mediante un asistente virtual, el Climate Coach, se asesorará a empleados y voluntarios para minimizar su impacto sobre el medio ambiente. Además, se movilizará a socios y patrocinadores para evitar y compensar el 100 % de sus emisiones.

 

Ventajas de este nuevo enfoque

 

En esta nueva metodología hay dos cambios fundamentales. Por un lado, la fijación de una cantidad de emisiones de CO₂. Este punto de vista permite poner unos límites a los procesos y al desarrollo de infraestructuras y tomar más conciencia de las consecuencias de nuestras acciones.

Por otro lado, el objetivo de ser un evento de magnitud mundial que compense más emisiones de las que genera convierte a los Juegos Olímpicos de París en un ejemplo a seguir para la organización de eventos de todo tipo, sin olvidar que siempre se puede mejorar. Ahora veremos si todo sale según lo previsto y se cumplen las ambiciosas metas establecidas por la organización en materia ambiental.The Conversation