La concepción del suelo y la relación de los humanos con este es uno de los motores de cambio hacia la sostenibilidad del planeta. Esta nueva visión ha constituido el pilar sobre el cual el periodista y habitual columnista de The Guardian, George Monbiot, ha construido su nuevo ensayo Regénesis. Alimentar el mundo sin devorar el planeta que saldrá a la venta en España el próximo 13 de marzo.
Esta obra --editada por Capitán Swing y con la traducción de Enrique Maldonado-- se erige como un alegato documentado por una revolución alimentaria urgente y un nuevo vínculo con el suelo, alejado de la percepción de este como el mayor foco de extracción de recursos.
Ante un contexto de crisis climática, Monbiot propone conocer el suelo como un factor fundamental para poder resolver los problemas futuros del planeta en materia alimentaria. Así, este británico, galardonado por Nelson Mandela con el Global 500 de las Naciones Unidas debido a sus logros ambientales, apuesta por un cambio en la relación humana con la tierra que no destruya los pilares de la subsistencia y supervivencia de la especie.
A través de sus páginas, el autor pretende invitar a la reflexión sobre cómo las formas de vida más pequeñas pueden conducir a la regénesis con el planeta. Monbiot incita al conocimiento de la tierra y mediante diferentes historias muestra otras vías para alcanzar la sostenibilidad alimentaria en un panorama donde, según el autor, determinados sistemas de cultivo han conducido a cambios ambientales y han puesto en peligro a 28.000 especies.
El lector conocerá historias como la de un horticultor que cultivó una parcela de tierra sin pesticidas, herbicidas, estiércol ni ningún fertilizante y produjo en una abundancia asombrosa; un laboratorio con científicos que trabajan para crear carne sintética; y la existencia de unos cereales perennes que liberan a la tierra de los arados y venenos, entre otros.
La producción mundial de alimentos deberá incrementarse en un 70%
El ensayo responde a la problemática a la que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, tendrá que enfrentarse la sociedad en 2050 y por la cual la producción mundial de alimentos deberá incrementarse en un 70% para abastecer el aumento previsto de la población de 7.000 a 9.000 millones de habitantes y evitar una desnutrición cualitativa.
Actualmente, algunas instituciones como la Organización Mundial de Salud (OMS) han advertido un agudo crecimiento del número de personas que sufren hambruna alimentaria en el planeta. Tras la pandemia de la COVID-19 y durante el 2021, la falta de alimentos alcanzó al 9,8% de la población mundial lo que supone la existencia de 800 millones de personas en situación de vulnerabilidad nutricional y de las cuales 150 millones son niños. Además, 45 millones de niños menores de cinco años padecen malnutrición en su grado más funesto (emaciación) que aumenta hasta 12 veces el riesgo de mortalidad infantil.
Sin embargo, la Comisión Europea estima que cada año se desaprovecha más de 1.300 millones de toneladas de alimentos (89 millones de toneladas en buen estado), lo que constituye un tercio de la producción mundial. Asimismo, Monbiot plantea, como única esperanza para lograr un futuro seguro, la retirada planificada y la reducción drástica de la superficie cultivada para sanar el sistema alimentario actual y revertir la situación.
La publicación de Regénis se produce también en un contexto de desestabilización de los modelos y sistemas mundiales de producción y transporte de alimentos. Así, Monbiot aporta nuevos conocimientos relacionados con la ecología del suelo para permitir cultivar más alimentos con menos agricultura.
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