En un remoto lugar del océano Pacífico se encuentra el primer territorio del mundo que satisface todo su consumo de electricidad con energía renovable. Los cerca de 1.500 habitantes de las islas Tokelau pasaron el pasado noviembre de abastecer sus necesidades energéticas con generadores diésel a hacerlo gracias al sol.
El archipiélago, formado por tres atolones (Atafu, Nukunonu y Fakaofo) y 125 islotes y bajo administración neozelandesa, podría ser una de las primeras víctimas del cambio climático. Al menos así lo considera el Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio de Nueva Zelanda, que expresa dichos "temores" ya que muchos de los territorios de Tokelau apenas se encuentran a dos metros por encima del nivel del océano.
Ante tal amenaza y con la intención de demostrar que el cambio a las fuentes de energía renovables es posible, se ha desarrollado la iniciativa Tokelau Renewable Energy Project (Proyecto de Energía Renovable de Tokelau) en el marco de la cual se han desplegado 4.032 paneles fotovoltaicos y 1.344 bateríasa lo largo y ancho de los 10 kilómetros cuadrados del archipiélago. Las redes instaladas serán capaces de proporcionar "el 150% de la demanda eléctrica actual, permitiendo a los habitantes aumentar el uso de electricidad", según la empresa que ha llevado a cabo el proyecto, PowerSmart.
Las redes podrán proporcionar el 150% de la demanda eléctrica actual
La iniciativa ha sido financiada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio neozelandés con siete millones de dólares estadounidenses (unos cinco millones de euros). Una inversión que, según las previsiones, permitirá ahorrar en combustible en un futuro. "De acuerdo con los cálculos, esta innovación se verá amortizada en los próximos cinco años. La instalación de las baterías se convertirá en un ahorro significativo, especialmente antes de la primera reparación deben funcionar sin problemas durante al menos 20 años", subraya el directivo de la compañía de energía solar PowerSmart, Mike Bassett.
El nuevo sistema energético también utilizará biocombustible producido en las islas a partir del coco para mantener un generador de reserva durante los periodos de alta densidad de nubes o para cuando la demanda eléctrica supere la capacidad de la instalación solar.
El ambicioso proyecto es el resultado de una estrategia nacional desarrollada desde 2004 por el Gobierno de Tokelau para aumentar la eficiencia y la independencia energética basándose en el uso de las fuentes renovables y ha contado con el apoyo de la ONU.
El pasado en Tokelau
"Es bueno que por fin se puedan dejar de utilizar las centrales eléctricas que funcionan a partir de combustible diésel", afirma el ministro neozelandés de Relaciones Exteriores, Murray McCully, en declaraciones recogidas por Europa Press. McCully remarca el impacto ecológico negativo de las mismas: "Las fugas de combustible crean enormes problemas para el medio ambiente en los atolones".Hasta hace poco, en el archipiélago de Tokelau se utilizaban para generar electricidad cada año más de 2.000 barriles de petróleo con un valor aproximado de un millón de dólares neozelandeses (unos 640.000 euros o 840.000 dólares estadounidenses). Esta cantidad ahorrada de las importaciones de combustibles fósiles se destinará a usos sociales, previo pago de las deudas adquiridas para llevar a cabo la iniciativa, según el Gobierno.
La escasez energética en las islas del Pacifico
Las islas del Pacífico se encuentran entre las naciones y territorios del mundo que más dependen del petróleo, tal y como señala la ONU. Su aislamiento geográfico, la falta de recursos naturales y la necesidad de gastar grandes cantidades de dinero en la importación de combustibles fósiles han constituido obstáculos para su desarrollo."En todo el Pacífico hay claros problemas con los costes actuales y futuros de la electricidad generada con diésel, por no hablar de los costes medioambientales, y dichos costes no permiten el desarrollo económico y social de estos países", afirma Bassett en un comunicado.
Para el ministro neozelandés de Exteriores, la construcción de la red fotovoltaica en Tokelau podría servir de ejemplo a otros territorios aislados del Pacífico. Por el momento, ya siguen la estela Tuvalu y las islas Cook, que tienen como objetivo cubrir sus necesidades de electricidad con fuentes de energía renovable para el año 2020.