Podemos ofrecerte diferentes viajes de cooperación y voluntariado por todo el mundo, según cuáles sean tus intereses. No sólo participarás en los proyectos sino que además conocerás de primera mano la cultura del país y a su gente trabajando codo a codo con el personal local de forma sostenible y responsable. Ayudando en su proyecto y a su desarrollo local gracias a tu trabajo como voluntario practicarás una nueva forma de turismo sostenible y responsable.
La estancia mínima puede oscilar de una semana hasta cuatro, según el proyecto
Son muchas las personas que tienen esta sensibilidad y voluntad de colaboración, pero no siempre les resultaba fácil poder ponerlas en práctica. El concepto de viaje de voluntariado se limitaba los campos de trabajo que ofrecían las ONG, en los que, como mínimo, había que comprometerse a un mes de estancia, o incluso más.
A través de las estancias que proponemos se puede colaborar en un proyecto durante nuestro periodo de vacaciones, que con suerte suele oscilar entre las dos y tres semanas.
Se trata de proyectos abiertos a todos los perfiles y edades. El único requisito haber cumplido los 18 años y, según el destino, tener un nivel medio de inglés hablado, pues ese será el idioma de trabajo y de relación con el resto de los voluntarios. Al tratarse de voluntariados internacionales, tu presencia te permitirá conocer a gente de todo el mundo, lo que hace que la experiencia resulte todavía más enriquecedora.
Actividades sociales o de naturaleza
Entre las opciones que tenemos hay voluntariados enfocados hacia la conservación de la fauna, ámbito en el que tenemos proyectos en Latinoamérica, África, Europa y Asia, y otros de componente social, que se desarrollan en Asia y África.
En algunos se puede estar sólo una semana, mientras en otros el mínimo son dos o cuatro: cada proyecto es un mundo y tiene sus propias necesidades. Así, nos encontramos por ejemplo con que en los proyectos de India e Indonesia el mínimo de estancia es de dos semanas, porque la primera se nos irá en una aclimatación al país y a sus costumbres: primero nos familiarizamos con la gastronomía típica y conocemos los lugares más emblemáticos de la zona.
Los únicos requisitos son la mayoría de edad y, en algunos destinos, hablar algo de inglés
De esta manera, cuando entremos en contacto con la población local en el proyecto ya tendremos una buena idea de lo que podemos hacer y lo que está mal visto por ellos, con lo que evitaremos malos entendidos… A veces, por mero desconocimiento de una cultura, podemos mostrar algún gesto o actitud que para nosotros resulta de lo más normal, pero no lo es para los autóctonos, lo que puede levantar una barrera cultural nada beneficiosa para la convivencia.
El perfil de los participantes suele ser muy variado, y tampoco hay una media de edad que predomine: la motivación no entiende de profesiones, de sexos ni de cumpleaños, es común para todos ellos. Todos quieren involucrarse en un proyecto y colaborar con él.
Así, pues, disponéis de una nueva forma de disfrutar unas vacaciones a la que cada vez se apunta más gente deseosa de contribuir a mejorar el mundo que desea recorrer y disfrutar.