Diseñar ciudades para que las personas realicen más actividad física. Coincidiendo con la Semana Europea de la Movilidad, el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha publicado un estudio que describe las características urbanas que impulsan a las personas a elegir desplazarse a pie antes que usar medios de transporte motorizados, con los beneficios asociados para la salud que esto conlleva por la realización de actividad física y la disminución de los niveles de contaminación atmosférica.
La falta de actividad física se encuentra entre los diez principales factores de riesgo de mortalidad en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las personas adultas realicen al menos 150 minutos semanales de actividad física de intensidad moderada –lo que incluye caminar–, o al menos 75 minutos de intensidad vigorosa.
El estudio –que forma parte del Proyecto PASTA (Physical Activity through Sustainable Transport Approaches) y que se ha publicado en la revista Environmental Health Perspectives– se ha realizado a partir de los datos de 7.875 personas adultas de siete ciudades europeas: Amberes (Bélgica), Barcelona (España), Londres (Reino Unido), Örebro (Suecia), Roma (Italia), Viena (Austria) y Zúrich (Suiza).
Los participantes rellenaron un cuestionario digital con información personal y acerca de sus hábitos de ir a pie para desplazarse: el tiempo que caminaban cada semana, sus criterios para escoger un medio de transporte determinado o la disponibilidad de vehículo motorizado o bicicleta, entre otros. Asimismo, los investigadores recogieron la información sobre las características del entorno urbano alrededor de sus viviendas y lugares de trabajo o estudio, a partir de información geográfica pública.
Mireia Gascon, investigadora de ISGlobal y primera autora de la publicación, destaca que se trata del “primer estudio que incorpora no solo las características del entorno construido residencial, sino también las del lugar de trabajo o estudio, proporcionando así información relevante sobre el entorno al que están expuestos las y los participantes”.
Los resultados muestran que las personas que se desplazan más a pie son las que viven en barrios bien comunicados con transporte público y con un número mayor de viviendas, servicios e instalaciones. De hecho, vivir en un entorno urbano con estas características se asoció a un 12% más de minutos caminados por semana, en comparación con aquellas personas que no vivían en este tipo de entornos. Esta asociación también se encontró en el lugar de trabajo o estudio, pero el vínculo fue inferior.
A mayor nivel educativo, más uso del coche
Los participantes que decían valorar más la seguridad, la privacidad y una menor exposición a la contaminación del aire fueron los que caminaron más minutos a la semana. Por el contrario, las personas que tenían un nivel educativo alto y acceso a un automóvil eran las que caminaban menos. Las personas que no trabajaban o estudiaban se desplazaron a pie un 65% más de minutos por semana, en comparación con aquellas que trabajaban a tiempo completo.
De media, los participantes de Barcelona fueron los que caminaron más minutos por semana (259 minutos/semana), mientras que los participantes de Amberes caminaron menos (50 minutos/semana), debido al gran uso de la bicicleta en esta ciudad.
“Aunque moverse a pie es una forma fácil y saludable de alcanzar los niveles recomendados de actividad física, el uso creciente de medios de transporte motorizados ha contribuido a la disminución de los niveles de actividad física entre la población en general, y ha dado lugar a otros problemas de salud relacionados con el tráfico, como la contaminación del aire y el ruido”, explica Mireia Gascon.
Mark Nieuwenhuijsen, coordinador del estudio y director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal, destaca que el trabajo “respalda las conclusiones de investigaciones anteriores y proporciona nuevos hallazgos para lograr ciudades sostenibles, saludables y habitables, de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”. Estas estrategias incluyen “la mejora del entorno construido cercano a la vivienda –y también el lugar de trabajo y estudio–, con un buen servicio de transporte público y una variada oferta de servicios”, concreta.
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