"Un vegano es una persona que ha decidido no consumir, ni utilizar, ni explotar a los animales de forma alguna. En ningún ámbito, en ningún momento", admite la autora de Guía para el vegano imperfecto (Vergara), la máster en Nutrición y Salud por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Marta Martínez, en una entrevista con Infosalus; es decir, que no consume productos de origen animal.
Así, estas personas, además de la carne, excluyen de su dieta la leche, los huevos, la miel, la mantequilla, o el queso, así como prendas y objetos que proceden de los animales o han sido testados en ellos. "Suena utópico y realmente lo es. Por eso queremos advertir en este libro de que sólo llegarás a ser un vegano imperfecto. Además, es un término en disputa incluso dentro del mismo movimiento", advierte Martínez.
Sobre si es una dieta, esta experta en nutrición revela que "no lo es". "No te servirá para estar más delgado, ni tampoco para coger peso, más tono muscular, o estar más sano. Si eso es lo que persigues necesitarás una dieta terapéutica adaptada a tus objetivos. De manera que, si quieres adelgazar, podrás lograrlo siendo vegano, pero recuerda que tendrás que visitar igualmente a un nutricionista", señala.
A su juicio, es importante que la gente deje de asociar el veganismo con la comida saludable o adelgazante, porque estar más sano, más delgado o musculado no lo es, en ningún caso, el fin último de ninguna persona vegana. "Eso se puede conseguir con otras muchas dietas seguramente menos restrictivas y más accesibles. El veganismo no es la pauta alimentaria más saludable que existe, aunque muchos puedan pensar lo contrario", señala la especialista en comida vegana.
Con ello, Marta Martínez defiende que una persona vegana puede estar "igual de sana" que una persona omnívora, si bien llama la atención sobre el hecho de que vegetarianos y veganos suelan aparecer entre los sectores poblacionales con mejores índices de salud, unos datos que, en su opinión, responden a que se preocupan más por su nutrición, y hacen que ésta sea lo más saludable posible, dadas las restricciones a las que se someten.
Eso sí, lamenta el reciente problema que ha surgido de los productos veganos ultraprocesados, hasta hace una década impensable. Por otro lado, esta experta en Nutrición remarca que las dietas vegetales sí son mejores para las personas diabéticas, por ejemplo. "Una dieta vegetariana estándar es mejor que una omnívora, según estudios cientícos", asegura.
Deficiencia de vitamina B12
No obstante, la experta llama la atención sobre el hecho de que las personas veganas y las vegetarianas presentan carencias de vitamina B12, que se encuentra en productos de origen animal. "Los humanos consumimos B12 a través de la alimentación, y al quitar los lácteos, el huevo, la carne y el pescado no tienes ninguna forma de conseguir B12, activa y biodisponible para nosotros", precisa, por lo que suele ser necesario tomar suplementos de esta vitamina en estos casos.
A su vez, resalta que, quitando la deciencia de B12 que sufren, el resto de deciencias de nutrientes y de vitaminas es igual que la del resto de la población, como por ejemplo el de la vitamina D. En este sentido, dice que no es necesario que estas personas realicen una consulta con un dietista-nutricionista, aunque siempre pide atender los casos de niños pequeños, mayores o embarazadas, que deben seguir unas determinadas pautas alimenticias.
Marta Martínez resalta también que la simple reducción de carne en la dieta vegana ya supone un beneficio: "La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que el consumo excesivo de carne roja puede ser peligroso, por lo que su eliminación es una gran ventaja".
"Algunos estudios han mostrado los beneficios de las dietas vegetarianas en comparación con las dietas convencionales omnívoras sobre la obesidad, el cáncer, el Parkinson, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus tipo 2, y los cálculos renales", añade la especialista en comida vegana. En algunas patologías, los posibles beneficios teóricos se han podido constatar en la práctica, según describe, siendo por ejemplo el caso de la diabetes, de la obesidad, o del riesgo cardiovascular. Sin embargo, con el Parkinson y la artritis reumatoide no hay estudios concluyentes, afirma.